80º aniversario: “¡Esta es mi comunidad!”

Lunes 12/09/2022

Ese fue el sentir que hermanos y hermanas de la iglesia Villa Domínico (Buenos Aires, Argentina) expresaron el sábado 3 y domingo 4 de septiembre de 2022, durante las celebraciones por el 80º aniversario de la comunidad.


Predisponer el corazón
En Villa Domínico, los instantes de alegría y emoción comenzaron a experimentarse muchos días antes, y en particular el sábado previo al Servicio Divino de aniversario. Colaboradores y portadores de ministerio habían preparado una jornada temática compuesta de distintas atracciones. Actividades didácticas, interpretación de himnos y hasta una gran torta (pastel) de cumpleaños formaron parte del programa propuesto. Al finalizar, los invitados expresaron juntos la frase: “¡Esta es mi comunidad!”. El grato momento fue registrado en video y proyectado luego del Servicio Divino dominical.

Vida cristiana
La celebración continuó al día siguiente. El Servicio Divino fue presidido por el Apóstol de Distrito Enrique Minio. Lo acompañó el Apóstol Jorge Franco. Participaron de la hora 213 invitados. Entre ellos estaban el Apóstol de Distrito Mario Fiore y los Apóstoles Vicente Teti, Guillermo Canessa y Gerardo Zanotti, todos en descanso de su actividad ministerial.
El texto utilizado para la prédica fue Isaías 43: 1: “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”. El Apóstol de Distrito exhortó a que la comunidad pudiera llevar una vida cristiana, reconociendo siempre todo lo que el Padre celestial ha hecho y hace por nuestra alma. “Que podamos luchar por la bendición de Dios y ser una ayuda para nuestro prójimo”, señaló el siervo.
Luego del Servicio Divino, se proyectó un video compuesto de imágenes y relatos donde se reseñaban los momentos más destacados en la historia de la comunidad. Por otra parte, abuelos y niños se unieron para formar una “cápsula de tiempo”. Juntos colocaron en un cofre distintos objetos relacionados con la vida de la comunidad, que los mismos fieles habían donado. De esta forma, cuando la iglesia llegue a sus 100 años de vida, las generaciones futuras podrán conectarse con la comunidad del presente.

Hubo muchos reencuentros que colmaron el corazón de bienaventuranza. Plenos de alegría, llegaba ahora el momento de retornar al hogar. Al despedirse, cada familia recibía un bello presente para recordar este importante día de su comunidad.

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