La luz de Cristo, en nosotros

Viernes 05/05/2017

En el marco del encuentro de todos los dirigentes de distrito de la INA Sud América llevado a cabo el fin de semana del 29 y 30 de abril de 2017 en Buenos Aires, el Apóstol de Distrito E. Minio ofició ese domingo en la iglesia Gerli 1, en un Servicio Divino en conjunto para tres comunidades.


El encuentro de dirigentes de distrito de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay se llevó a cabo en dos jornadas intensivas que comenzaron ya el día sábado temprano por la mañana. Fueron presididas por el Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por Apóstoles y Obispos.
Las jornadas abarcaron instancias de capacitación y reflexión, así como talleres y actividades grupales con temas relacionados con la actividad ministerial y la asistencia espiritual. Aun los breves momentos de descanso fueron propicios para charlas amenas e intercambio entre los portadores de ministerio de las distintas regiones.
El domingo por la mañana, todos se distribuyeron para oficiar en distintas iglesias de Buenos Aires y alrededores, lo cual produjo gran alegría en las diferentes comunidades. Una vez de regreso en el predio “Las Catonas”, y luego de un breve almuerzo, completaron las actividades hasta cerrar la jornada.

Servicio Divino en la iglesia Gerli 1

Para el Servicio Divino dominical, el Apóstol de Distrito ofició en la iglesia Gerli 1, en el sur del Gran Buenos Aires. Le acompañó el Apóstol Guillermo Canessa competente en el área, así como los Obispos Pablo Basso y Rubén Ramos y los dirigentes de distrito del obispado 4, tanto de Buenos Aires como también el Anciano de Distrito Gerardo Keller y los Evangelistas de Distrito Claudio Marchioli y Claudio Zuk, de la provincia argentina de Misiones.
En esta oportunidad se congregaron las comunidades Gerli 1, Santa Fe 1 y Villa Obrera, sumando un total de 436 concurrentes.
Como base de su servir, el Apóstol de Distrito tomó la palabra de 1 Pedro 2: 9: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
“Muchas veces pienso en esto que nos toca, que es alcanzar la imagen de Cristo”, expresó el Apóstol de Distrito. “Y no nos es fácil. Uno lucha muchas veces por cambiar, también los propios pensamientos”, dijo. Dios nos llamó y un día dijimos que sí, hemos aceptado ese llamado y debemos afirmarlo en cada paso, diariamente.
“Cristo murió por ti y por mí: nunca debemos olvidarnos de esto; Él ha sufrido como nosotros y nos justifica frente a Dios”. Cristo es la luz del mundo y esa luz la hemos recibido en el don del Espíritu Santo, que debe desarrollarse. Ese es el gran desafío. La manifestación de nuestra fe debe verse en nuestras obras; Dios nos da lo necesario para lograrlo.
En alusión al texto de Mateo 5:16 “Alumbre vuestra luz delante de los hombres…”, mencionó: ¿Qué luces deben brillar en nuestra vida? Sólo por mencionar algunas:
- La luz de nuestra fe: ¿Es tan fuerte en nosotros la fe, de modo tal que podemos ser un testimonio más allá de las circunstancias?
- La luz de la confianza en Dios: Asociada a la fe está la confianza. ¡Nada nos va a detener en nuestro camino a la meta celestial!
- La luz del amor: ¿Qué siento hacia quienes me rodean? Si el otro me hizo mal, no le devuelvo mal. Y ya allí estoy amando. Los griegos llamaban a esto “ágape”: el centro del amor cristiano es el “amor del comportamiento”, le brindo al otro lo que quiero que el otro me brinde a mí.
Cuando el centro de nuestra vida es el día del Señor, miramos hacia él y ya nos lo imaginamos y vivimos en el corazón. Nunca olvidemos que hoy puede venir el Señor. Aún es tiempo de gracia, tratemos de ser una luz hoy.
- La luz del reconocimiento: Glorificar a Dios (como dice el lema del Apóstol Mayor para este año) se centra en tres ejes: reconocer a Dios, agradecerle, anunciar su nombre. Reconocerlo es tratar de entender sus pensamientos.
- Servir a Dios es otra luz que el Señor quiere darnos. Colaborar en su Obra, en lo que fuere. Cada uno tiene un don y deseamos compartirlo.
Luego de la celebración de la Santa Cena, también para los amados en el más allá, el Apóstol de Distrito realizó distintos actos ministeriales. En primer lugar, fue colocado en descanso el Anciano de Distrito José Minniti, luego de 43 años de fiel servir al Señor. Asimismo, fueron ordenados en sus ministerios dos Ancianos de Distrito, dos Evangelistas de Distrito y dos Primeros Pastores, todos para el área del obispado 4 (a cargo del Obispo P. Basso).
Finalizado el Servicio Divino y luego del cántico final, el Apóstol de Distrito y sus acompañantes regresaron al predio “Las Catonas” para continuar la jornada junto a los dirigentes de distrito como estaba previsto.

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