Viernes 30/05/2025
El Espíritu Santo, al igual que el Padre y el Hijo, es Dios verdadero.
El primer Servicio Divino del mes se relaciona con el tiempo previo a Pentecostés. Los discípulos, reunidos, esperan el prometido poder del Espíritu Santo. Su oración conjunta fortalece la unidad. Esto es un modelo para nosotros hoy: la unidad de la comunidad cristiana se nutre de la oración conjunta, inspirada por el Espíritu Santo.
El Servicio Divino de Pentecostés se enfoca en el poderoso obrar del Espíritu Santo, que nos revela la naturaleza de Dios y nos muestra que Jesucristo es el camino a la comunión perfecta con Dios. Pentecostés nos recuerda que el Espíritu Santo nos da la capacidad de anunciar el mensaje de Jesús con valor y claridad.
El tercer domingo refiere a la Trinidad. La prédica nos habla de la unidad y la diversidad de dones del Espíritu Santo que se manifiestan en la comunidad. Además, este año se conmemora el concilio de Nicea que, celebrado hace 1700 años, fue determinante para formular la doctrina de la Trinidad. En este concilio se sentaron las bases para entender que Dios se caracteriza por el amor y la comunión.
El cuarto y quinto domingo del mes se centran en la Iglesia de Cristo, instituida a partir de Pentecostés. La Iglesia tiene la función de proteger y anunciar de manera pura el Evangelio de Cristo. Para ello es esencial destacar la importancia que tienen el padecimiento y la muerte de Cristo para la salvación.