Lunes 11/07/2022
"Dios nos exhorta a examinar nuestro corazón", fue el mensaje central del Servicio Divino, que por transmisión fue realizado por el Apóstol Claudio González. A continuación, un resumen de la prédica en distintos formatos.
Podemos acceder a un extracto de la palabra, haciendo clic en:
Resumen
Audio
Video
Servicio Divino de palabra – domingo 10 de julio de 2022
Tema: Preguntas de Dios al ser humano
Título: ¡Examínate!
Texto bíblico: Génesis 3: 9: “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?”
Mensaje: Dios nos exhorta a examinar nuestro corazón.
“¿Dónde está tu Dios?” , es la pregunta que a menudo nos realiza el maligno en momentos de circunstancias. Su objetivo es hacernos dudar. Nuestra respuesta debe ser clara. Dios, el Padre, cuida de cada uno y nos da todo lo necesario para nuestra salvación. “Él sigue siendo el dueño de la creación”, destacó el Apóstol. Dios, el Hijo, ascendió al cielo para prepararnos un lugar. Y Dios, el Espíritu Santo, está activo en su Iglesia, donde nos acompaña y fortalece. Aquí quiere santificarnos y prepararnos para el retorno de Cristo.
Quedarse con Dios
Cuando Adán y Eva pecaron, se ocultaron porque sentían vergüenza. Sin embargo, el Señor seguía ocupándose de ellos. La pregunta “¿Dónde estás tú?” es una muestra de esto.
No queremos escondernos de Dios por errores que hayamos cometido, porque esto no cambiará el amor que nuestro Padre celestial tiene por nosotros.
No temamos, Dios nos dará su gracia una y otra vez. El Espíritu Santo nos recuerda lo que Él hizo y sigue haciendo por nosotros y nos alienta a acercarnos a Él. “El Padre celestial quiere encontrarnos cada miércoles y domingo en su casa”, subrayó el siervo.
Confiar en Dios
Cuando en medio de una tempestad los discípulos entraron en pánico, Cristo les preguntó: “¿Dónde está vuestra fe?”. Cuando nos enfrentemos a situaciones que parecen superarnos y no vemos solución, no perdamos de vista que el Espíritu Santo nos enseña que confiemos en el amor de Dios y coloquemos nuestra vida en sus manos.
“Los invito a que podamos contar todos los favores que el Señor nos dio. De esa forma vamos a fortalecer nuestra confianza”, aconsejó el Apóstol durante la prédica.
Lo que le hacemos al prójimo
Jesús preguntó a Saulo: “¿Por qué me persigues?”. Hoy el Señor nos hace esa misma pregunta. Aunque nosotros no persigamos a nuestros hermanos y hermanas, siempre deberíamos pensar que lo que les hacemos a ellos, se lo hacemos al Señor.
“Llevemos la calidez del amor y el fuego del Espíritu Santo”, exhortó el siervo. El comportamiento con nuestro prójimo no debería estar definido por lo que nos han hecho, ¡sino por lo que el Señor hace por nosotros!
Nuestras palabras
“¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?”, dijo una vez Jesús a sus discípulos. Estaban discutiendo acerca de quién sería el mayor entre ellos.
Queremos observar el contenido de nuestras conversaciones. ¿Qué resaltamos, lo malo o lo bueno que hizo el otro? ¿Hablamos sobre la Iglesia, sobre los portadores de ministerio y sobre los hermanos y hermanas en la fe?
Nuestra forma de expresión va a determinar la atmósfera que reine en nuestra familia y en la comunidad. No olvidemos que Dios no solo mira nuestras acciones, sino también nuestras palabras.
“Dios hoy nos exhortó a examinar nuestro corazón. Si logramos saber cómo está nuestra confianza en el Señor, en qué nivel está nuestra fe, si participamos realmente del Servicio Divino, si nuestro obrar es sincero y si mis palabras pueden llevar el Evangelio, entonces estaremos mucho mejor”, manifestó el Apóstol cerca del final de la hora.