Martes 21/06/2022
El mensaje para el domingo 19 de junio fue: "Somos llamados a dar testimonio de la santidad de la Iglesia de Cristo a través de nuestra conducta y de nuestro ser". El Servicio Divino de palabra fue realizado por el Apóstol Néstor Manzelli, acompañado por el dirigente de distrito Martín De Cesare.
Podemos acceder a un extracto de la prédica, haciendo clic en:
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Servicio Divino de palabra – 19 de junio de 2022
Tema: La Iglesia de Cristo
Obra de redención
Texto bíblico: Efesios 5:25-27: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
Mensaje: Somos llamados a dar testimonio de la santidad de la Iglesia de Cristo a través de nuestra conducta y de nuestro ser.
Venimos de celebrar la fiesta de Pentecostés, que identifica el inicio de la manifestación de la Iglesia de Cristo sobre la tierra. En este texto bíblico de hoy, el Apóstol Pablo señala ahora la relación de Dios con su Iglesia, en la cual obra también actualmente.
La Iglesia de Cristo no es el resultado de la voluntad de personas creyentes ni surgió del propósito genuino de la fe de muchos, sino que fue instituida por el Señor mismo, para que todo ser humano que crea, pueda llegar a Dios y ser salvo. Solo Dios puede ofrecer la salvación y santificarnos. Y para ello estableció su Iglesia. Esta es nuestra fe y es lo que disfrutamos en la casa de Dios.
Ahora bien, la Iglesia de Cristo tiene una parte visible y una invisible. Al igual que Jesús, que fue un hombre y anduvo sobre la tierra, formó parte de la historia y al mismo tiempo tenía también la naturaleza divina. La diferencia es que llevó adelante el Evangelio obrando la voluntad de Dios de manera perfecta. En cambio, la iglesia visible tiene su parte humana e imperfecta. Porque nosotros no podemos hacer todo perfectamente como lo hacía el Señor. Pero esto no quiere decir que la Iglesia no sea santa. Porque la parte que no vemos, es santificada por Cristo mismo.
Santidad de la Iglesia de Cristo
Podemos percibir su santidad:
-Cuando recibimos los Sacramentos, porque allí Dios es el que está obrando. Si nosotros lo creemos, entonces vamos a sentir los efectos de su obrar.
-En la palabra de Dios. Podemos experimentar la santificación cuando sentimos que ha sido el Señor quien nos habló, aquel que nos conoce y que nos da esa respuesta o palabra que necesitamos.
Por eso tampoco queremos detenernos en la Iglesia visible, en nuestra humanidad y sus imperfecciones. Todo esto pasará, pero la palabra de Dios es la que permanece y se cumple.
Nuestra tarea
Como hijos de Dios somos llamados a transmitir en nuestro entorno que pertenecemos a la Iglesia de Cristo y que Dios es el que allí obra y nos santifica, el que perdona nuestros pecados, el que nos ama.
Tenemos que dar cuenta de que la Iglesia de Cristo es santa. No podemos hacer todas las cosas perfectas, pero la Iglesia es la obra de Dios sobre la tierra y se manifiesta a través de su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo.
También queremos sentir cuánto amor Dios nos brinda en su Iglesia. Si lo experimentamos, entonces es necesario que luego demos cuenta de que somos seres amados por Dios, de que Dios nos ha perdonado y que tenemos una meta.
Contribuimos a la Iglesia poniendo en práctica el amor que Dios nos ha traído con el Espíritu Santo-. Todos nosotros hemos recibido el amor de Dios y es nuestra parte obrar y vivir de acuerdo a ese amor.
El amor es algo que no se puede explicar, solo se puede ejercer. Es nuestra tarea entonces vivir como hijos de Dios, en esa santidad, en ese amor. Y tratar, como comunidad, de que todos perciban que el amor de Dios no es algo teórico, no es algo que solo se profesa sino que se vive.
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