Lunes 04/04/2022
"En cada festejo de la Santa Cena confesamos a Jesucristo": con este mensaje se desarrollaba el Servicio Divino de este domingo. Por transmisión fue realizado por el Apóstol Herman Ernst junto al Obispo Fernando Mendá.
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Servicio Divino de palabra – 3 de abril de 2022
Tema: Tiempo de pasión
La Santa Cena, una confesión de fe
Texto bíblico: 1 Corintios 11: 26: “Las veces que comiereis de este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.”
Mensaje: En cada festejo de la Santa Cena confesamos a Jesucristo.
La pregunta 620 de nuestro Catecismo nos enseña que el acontecimiento central de cada Servicio Divino es la celebración de la Santa Cena. Jesús había instituido este Sacramento en el círculo de los Apóstoles y les dio la autoridad y encargo para poder celebrarla.
Actualmente, en cada lugar donde está activo un ministerio sacerdotal enviado por el Apóstol, tenemos la posibilidad de participar de este acto. Debemos preparar nuestra alma para ser parte de esto dignamente. “La Santa Cena es un regalo que nuestro Padre celestial nos brinda”, expresó el Apóstol al inicio de la hora.
La Santa Cena como cena de confesión
Cada vez que podemos celebrar este Sacramento, Cristo nos comparte su amor, su naturaleza y nos fortalece. Asimismo, participar de la Santa Cena es una confesión de fe.
“Queremos hacerlo con santo temor y un profundo sentir”, subrayó el siervo. Si lo llevamos a cabo de esta forma estaremos confesando nuestra fe en Jesucristo, nuestro amor y agradecimiento y el deseo de nuestra alma de poder estar junto a Él.
“Al gustar el cuerpo y la sangre de Cristo, nuestra alma puede quedar libre y pura porque su esencia se consustancia en nosotros. Es un instante sublime”, destacó el Apóstol en relación a este punto.
Efectos de la Santa Cena
Por otra parte, participar de la Santa Cena dignamente genera efectos en cada creyente, los cuales no se limitan al tiempo que dura el acto sacramental, sino que se extienden a nuestra vida cotidiana. A través de nuestra fe en Cristo, nos permite tener coraje y confianza con relación a nuestro futuro. El amor y agradecimiento nos posibilitan servir al Señor sin esperar nada a cambio. Por último, en la Santa Cena recibimos nuevas fuerzas para continuar el camino en dirección a la gloria y comunión eterna con Jesús.
“Podemos confiar y creer que vamos a tener las fuerzas para obrar todo lo que el Señor nos va solicitando”, afirmó el Apóstol.
No deberíamos olvidar que participar dignamente de la Santa Cena es esencial para la salvación de nuestra alma. “Por nuestras imperfecciones muchas veces no venimos en condiciones de recibir el Sacramento, pero hagamos todo lo posible para que cada celebración sea una fiesta para el alma. Dios nos regala mucho más de lo que podemos comprender”, expresó el siervo cerca del final de la hora.