¡Dios une!

Lunes 11/10/2021

El Servicio Divino de palabra en español, por transmisión, fue presidido por el Apóstol Jorge Franco, acompañado por el Anciano de Distrito Jorge Segarra.


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Servicio Divino de palabra – domingo 10 de octubre de 2021

Tema: Elementos de la fe

¡Dios une!

Texto bíblico: Juan 16:32: “He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.”

Mensaje: Dios nos ayuda a resistir el mal.

Un momento único
“Hermanos míos, tengamos todos una muy cordial bienvenida a este Servicio Divino. Estamos muy felices de estar aquí, pero oramos al Padre del cielo para que podamos volver a su Casa, rodear el altar y vivir la alegría de vernos nuevamente. Cada hora en la Iglesia es un momento único y nada reemplaza un encuentro con Dios”, expresó el Apóstol Jorge Franco al inicio de la hora.

Jesús nos avisa
El texto bíblico del día forma parte de los discursos de despedida de Jesús. En este pasaje de la Biblia, Cristo les anuncia a sus discípulos muchas de las situaciones que deberían afrontar en el futuro. Les avisa que iban a vivir tribulaciones, que el maligno los esparciría y que, por este motivo, se recluirían y lo abandonarían. “Todo lo que Jesús les predijo, finalmente ocurrió”, señaló el Apóstol.
“Esta palabra hoy viene a nosotros”, subrayó el siervo. Con ello Dios no nos quiere mostrar un futuro pesimista. Sino que desea aconsejarnos y enseñarnos para que cuando vengan estas situaciones, recordemos que Él ya nos alertó.

El maligno quiere esparcirnos
Por lo general la llegada de las tentaciones coincide con momentos difíciles de la vida. Aquí es cuando estamos más vulnerables. El enemigo de nuestra alma se aprovecha de esto y quiere separarnos de Dios. “Al maligno no le interesa el tipo de problema que tenemos. Lo único que desea es distanciarnos del Padre celestial”, afirmó el siervo.
Cuando las situaciones de la vida nos absorben totalmente, podemos quedar anulados. Es algo que nos puede pasar. Entonces corremos el riesgo de alejarnos de Cristo. La relación con el Señor pasa a segundo lugar y los problemas ocupan el primero. Esto trae riesgos para nuestra vida espiritual: nos falta tiempo para Dios porque nos ocupamos de nuestras cosas; nos separamos del Padre porque la salvación del alma ya no es prioridad; dejamos de lado el Evangelio y perdemos la comunión.

¿Qué podemos hacer para resistir al maligno?
“¡Oremos a Cristo por su ayuda!, exhortó el Apóstol. “Con esto no descubrimos nada nuevo, pero es lo mejor que podamos hacer”, mencionó luego.
Dios tiene distintos medios para poder asistirnos: coloca ángeles en nuestro camino para que nos ayuden; nos da su palabra; nos fortalece en la Santa Cena y nos ha regalado el don del Espíritu Santo, “que nos da el poder espiritual para seguir adelante”, manifestó el Apóstol Franco.
Cerca del final de la hora, el siervo dejó un último consejo: “así como el mal busca esparcirnos, Dios hace todo lo contrario: nos une. Debemos tener cuidado de no alejarnos del Padre. Para lograrlo debemos cuidar la comunión con Él y con cada uno de nuestros hermanos y hermanas”.

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