Jornada de cierre del Jubileo 2013 / Don Bosco

Viernes 06/12/2013

(Colaboró en esta redacción: Darío Cáceres)

Alrededor de 2500 jóvenes participaron el domingo 13 de octubre de 2013 en el predio Don Bosco (Buenos Aires) para concluir con las celebraciones en relación al Jubileo de la Iglesia Nueva Apostólica. Se vivió una jornada inolvidable en la cual los invitados pudieron conocer más acerca de su fe, cantaron himnos inéditos y se divirtieron mucho, en un ambiente totalmente ameno y festivo.


Al que madruga…
La mayoría de los jóvenes está acostumbrado a despertarse temprano. La responsabilidades del trabajo o el estudio hacen que se madrugue la mayoría de los días. Los fines de semana, en general, se puede descansar un poquito más. Pero este domingo era una excepción, había que madrugar bastante.
Cuando comenzaron a desayunar, en muchos lugares el sol aún no se había asomado y parecía no querer mostrarse en todo el día. El cielo totalmente gris, la humedad y una casi imperceptible llovizna amenazaban con empañar una tarde que había sido preparada hace mucho tiempo.
Sin pensar en esto todos terminaron de armar sus bolsos y fueron acercándose a la comunidad, donde su Pastor de juventud y hermanos esperaban para emprender el viaje a Don Bosco.

Llegada
Cuando el reloj marcaba las 10 ya había llegado la gran mayoría de los micros. Esta vez los colores blanco, celeste, negro y naranja eran los que identificaban a los grupos. Por supuesto que no faltaban las banderas, bombos y pelucas. A medida que los jóvenes llegaban, iban ingresando al microestadio del predio donde esperaba el Apóstol Minio con el Obispo Morales. “Hemos orado mucho por que llegara este momento, ahora queremos disfrutarlo”, dijo el Apóstol en la oración. “Somos cuatro colores, pero deseo que haya un solo sentimiento, un solo corazón. Que disfruten enormemente y que el amado Dios los bendiga”, agregó luego en medio de un aplauso ensordecedor.

Actividades y talleres
Por un lado los colores comenzaron a divertirse con las competencias y desafíos que se desarrollaban en el salón principal. Se puso en juego entonces la habilidad, inteligencia, pulso y temple, siempre con el público como testigo que alentaba.
Por otro lado se llevó a cabo el taller sobre el nuevo Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica, también hubo una muestra artística, y se desplegó una bandera enorme en donde cada uno podía colocar algún un deseo, escribir su nombre o simplemente dejar un mensaje.
Además se llevó a cabo el taller musical. El Apóstol y el Obispo también participaron y hasta se animaron a cantar. “Gracias a ustedes pude volver a cantar en un coro después de mucho tiempo”, dijo contento el Apóstol.

Muestra coral
Los jóvenes escucharon con mucha atención la interpretación de los cánticos que habían resultado seleccionados en las distintas categorías del concurso del jubileo. Pablo Loza, uno de los hermanos que compuso uno de los himnos ganadores, “Gratitud hay en el alma”, recibió una linda sorpresa: sería aquel que dirigiera al coro cuando cantaran su propio himno. Se lo vio emocionado, pero también muy concentrado.

Cerca de las 17 todos los jóvenes se reunieron nuevamente en el microestadio para la oración final, esta vez a cargo del Obispo Morales. Pero antes quedaba un regalo más: el mensaje del Apóstol Mayor.
Así llegó el cierre a las actividades por el Jubileo y cada joven pudo regresar a su hogar con la convicción en su corazón de que nuestro nuevo Apóstol Mayor nos lleva siempre en el corazón.

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