Asistencia espiritual: en el camino con los jóvenes

Viernes 22/01/2021

“Dar forma al futuro de la Iglesia” es algo que puede lograr aquel que consiga que los jóvenes cristianos estén activos en la Iglesia, dice el Apóstol Mayor Schneider. Pensamientos sobre desafíos, oportunidades y una situación en la que todos ganan.


La asistencia espiritual puede ser emocionante, exigente y, en un sentido positivo, “incalculable”. En relación a ello, probablemente no haya distinción entre la asistencia espiritual de los adolescentes y los ancianos, de los hermanos y hermanas sanos, enfermos y moribundos. Sin embargo, la asistencia espiritual siempre tiene algo propio; también con los jóvenes.

Doblemente desafiante: la vida y la fe
Hay diferentes enfoques en la asistencia espiritual; uno de ellos es –según un viejo principio pedagógico– “recoger” a la otra persona donde está. Pero, ¿Dónde está el joven que, mientras va creciendo, a veces no sabe por sí mismo cuál es su lugar? Al fin y al cabo se encuentra “en la búsqueda de sus propios objetivos y pautas de vida” y analiza “críticamente los valores existentes y las normas de su entorno”, según el Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica (Catecismo INA) en el capítulo 12.4.2.1. Estas fases de crecimiento, de desarrollo totalmente normal, pero también de cambios, están predestinadas al acompañamiento y la asistencia espiritual.

Además, los jóvenes creyentes se enfrentan a otros desafíos: particularmente en el mundo industrializado están cada vez más “inmersos entre los parámetros del Evangelio y las numerosas ideas religiosas y éticas de una sociedad en muchas partes más y más secularizada. Los jóvenes experimentan que la fe cristiana está siendo reprimida y que las Iglesias pierden importancia, siendo consideradas instituciones anónimas, y que ya no se las acepta como instancia moral” (Catecismo INA 12.4.2.1).

Muy simple: permanecer auténtico y amar
La asistencia espiritual ofrece al prójimo corazón, ojo y oído, acompaña y apoya. El principio del Apóstol Pablo ayuda aquí: “Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley” (1 Corintios 9:20). Esto no significa actuar, complacer o copiar. Significa entrar en el mundo de la vida del prójimo, entenderlo y valorarlo. Esto genera cercanía, comprensión y una base para la asistencia espiritual.

Jesucristo actuó de manera ejemplar cuando se acercó al joven rico (Marcos 10):

Jesús buscó activamente el contacto. Le dedicó su atención independientemente del resultado posterior.
Jesús respondió a las preguntas y dio orientación. No le debía ninguna respuesta a su prójimo.
Jesús permaneció auténtico. No solo predicaba, sino que vivía lo que enseñaba.

Variado: formación y oportunidades
Los asistentes espirituales dedicados a los jóvenes son entrenados y apoyados de muchas maneras. Las Iglesias regionales ofrecen una formación especial para este fin, por ejemplo en Europa. En Norteamérica los responsables de la juventud y los docentes se entrenan virtualmente con temas del programa juvenil. Estos ofrecimientos están disponibles en todo el mundo y se adaptan a las respectivas condiciones. Las administraciones de las Iglesias locales y los Apóstoles proporcionan información.

Las conversaciones regulares, pero también el intercambio en las horas de la juventud, los Servicios Divinos para jóvenes, los campamentos para jóvenes y los días de la juventud son una buena ocasión para la asistencia espiritual. Y sí, en la pandemia del coronavirus hay restricciones, pero también nuevas posibilidades. La prohibición de contacto está dando lugar en muchos lugares a nuevos formatos: Las horas de juventud a través de una webcam en los Países Bajos y en Alemania ya han sido reportadas en nac.today.

Ofrecer asistencia espiritual o pedir asistencia espiritual pueden ser tareas. Comenzar con la asistencia espiritual, acercarse al otro, no está reservado exclusivamente a quien ya realiza la asistencia espiritual.

Múltiples beneficios: personalidades firmes y una Iglesia fuerte
La asistencia espiritual acompaña, apoya y fortalece. Los jóvenes pueden experimentar la comunión y “ser consolidados en los valores de la fe cristiana e inspirados en ellos”; esto crea para ellos un “fundamento para tomar decisiones concernientes a su conducta en la vida” (Catecismo INA 12.4.2.2), tanto para la vida cotidiana como para la fe. Personalidades firmes en la fe y conscientes de su responsabilidad, eso es lo que la asistencia espiritual procura lograr.

Hace algún tiempo el Apóstol Mayor Schneider llamó la atención sobre el hecho de que la asistencia espiritual de los jóvenes también vale la pena para la propia Iglesia: “El que hoy gana a los jóvenes para que estén activos en la Iglesia, está preparando el futuro de la Iglesia. Hoy se definen los estándares de la Iglesia del mañana”. Y esto también incluye que los jóvenes creyentes alguna vez se acerquen al asistente espiritual: “Por eso les digo, amados hermanos de la juventud, sean exigentes cuando se trata de la Iglesia y pidan solo lo mejor”.

Fuente: nac.today
Foto: Oliver Rütten

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