"Colaboradores para el gozo en Cristo"

Lunes 22/06/2020

Este domingo 21 de junio presidió el Servicio Divino de palabra el Apóstol Jorge Franco, oficiando junto al Obispo Oscar Fernández. En esta nota, compartimos un resumen de la prédica y otros enlaces de interés.


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Servicio Divino de palabra – domingo 21 de junio de 2020

Tema:
La Obra de Dios: apostolicidad

Título: Colaboradores para el gozo en Cristo

Texto bíblico: 2 Corintios 1:24: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes”.

Mensaje: “El apostolado anuncia la voluntad de Cristo y contribuye de este modo al gozo en Cristo”.

El Apóstol al comienzo de la hora expresaba que “el mensaje de la gracia de Dios siempre va a ser oportuno, llega en el momento justo y con un contenido tal que pueda hacer una gran tarea en nuestro corazón”. En este sentir, agregaba que entonces “ya no pensamos en el medio (…) De una forma u otra recibimos ese mensaje justo y oportuno que tiene Dios para nosotros”. Entonces le agradecemos que, si bien podemos estar ciertas situaciones, cambios, importantes seguramente, su plan no haya cambiado. “Esto nos tiene que dar seguridad. Su plan de acompañarnos en el camino que nos lleva a la patria celestial no ha cambiado”, manifestaba el Apóstol.
Luego fue desarrollada la palabra del día. Este texto es parte de una carta del Apóstol Pablo a los corintios, donde le muestra a la comunidad la naturaleza de su ministerio, cómo lo vivía, cómo obraba, sin poner cosas personales sino transmitiendo el mensaje de Dios. Porque reconocía su llamamiento, su encargo, su autoridad, pero nunca se presentó como un soberano o gobernante. Transmitía que era un colaborador de Cristo.
Por eso dice el texto: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes”. Pablo se sentía un colaborador de Cristo y también de la comunidad, para ayudar a que todas las enseñanzas pudieran ser tomadas con gozo y seguridad, con un buen ánimo, y que causara el efecto de desarrollo espiritual.
El único Señor es Jesucristo, soberano sobre los hijos de Dios, sobre los creyentes. Esperamos su retorno. Ese es el mensaje apostólico: la muerte, resurrección y retorno de Cristo. El fundamento es Cristo.
El Apóstol Pablo no había conocido a Cristo como los demás Apóstoles y se consideraba a sí mismo el menor de todos. El suceso de su llamamiento fue muy particular y él inmediatamente se sujetó a la voluntad del Señor. A partir de allí fue un Apóstol que llevó el Evangelio a muchos lugares.
Hoy tenemos nuevamente ese ministerio en actividad. El ministerio de Apóstol actualmente sigue activo y transmite la voluntad de Cristo, para que nuestro gozo venga a través de conocer su voluntad. Los Apóstoles son colaboradores de Cristo. Cristo es el Señor. Cada enseñanza nos llega en la palabra por medio de sus siervos. Allí nos muestra el camino.
Entre otras cosas nos enseña a priorizar los tesoros espirituales: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…” (comparar con Mateo 6:33). Esta palabra no la tomamos como queriendo decir que lo demás no sirve, nuestros deseos y proyectos. No es así. Se trata de buscar primeramente el reino de Dios. Y hemos hecho la experiencia de que Dios no nos olvida como sus hijos. Dios no deja huérfano a nadie.
Frente a lo que vivimos hoy, una situación donde tuvimos que cambiar muchas cosas y puede aparecer la incertidumbre, pensamientos, donde estamos llenos de noticias y comentarios, busquemos el tesoro de la gracia, que es el que nos da la buena nueva, sabiendo que a pesar de todo Dios está a nuestro lado.
Al Apóstol Pablo le tocó vivir muchas circunstancias a causa de su llamamiento, fue muchas veces preso e incluso estuvo al borde de la muerte. Pero sabía que Cristo murió también por Él y que lo esperaba una vida eterna. Esto no es teoría, es algo que se va desarrollando interiormente cada día cuando podemos experimentarlo. Por eso produce gozo, aunque no siempre se traduzca en una sonrisa visible, pero sí en calma y en confianza. Porque el Creador de todas las cosas, es nuestro Padre.
También somos exhortados a ser humildes, a tener arrepentimiento, para poder vivir disfrutando de la totalidad de la gracia de Dios.
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”, dice en 2 Corintios 4: 7. Por medio del ministerio de Apóstol, guiado por el Espíritu Santo, recibimos el mensaje de Cristo.
Que podamos tener una experiencia única, muy profunda y que podamos comprender nosotros mismos cuál es el resultado inmediato de poner por obra la palabra. Lo primero que Dios nos da es alegría. Es inmediata, no pasa nada de tiempo. Esos sentimientos interiores ya nos demuestran el resultado de transitar el camino que Jesús transitó primero, es maravilloso. Hoy necesitamos esas pequeñas demostraciones. Pero no se trata de tener un día bueno, un poco de paz o entusiasmo. Pensemos en lo más grande: esta gracia, el llamamiento y amor de Dios es para que podamos llegar a una vida eterna junto a Él. ¡Que podamos llegar dignos al día del Señor!

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