70° aniversario en Cerrito

Viernes 24/02/2017

El domingo 19 de febrero la iglesia Cerrito (Montevideo, Uruguay) celebró el 70° aniversario de su inauguración. El Obispo Edgardo Méndez realizó el Servicio Divino tomando como texto bíblico: Juan 6:53-54.


El Obispo comenzó citando la palabra de Éxodo 16: 3-4, que hace referencia a lo que sucedió luego de la salida de Israel de Egipto cuando, luego de murmurar el pueblo en contra de Moisés, Dios promete enviar el maná del cielo. De ese pan el pueblo de Israel se sustentó en todo su peregrinar. Con la fuerza de ese alimento pudieron enfrentar todos los obstáculos que fueron apareciendo en el camino.
Luego se refirió al texto del Servicio Divino mencionando que en él, Jesús explica que para acceder a la salvación debían apropiarse de la vida eterna que se constituía en Él mismo a través de su cuerpo y de su sangre. Jesucristo les mostraba el camino la verdad y la vida: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre” (Juan 6: 27). “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero (Juan 6:40).
El Obispo explicó que éstas palabras de Jesús, produjeron una división en sus discípulos, algunos dijeron que era dura esa palabra, pero Pedro reconoció: “tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente”. ¿A quién podrían ir entonces? Para alcanzar la vida eterna en Dios, es menester cumplir con el mandato de Cristo que es poder participar dignamente de la Santa Cena en la que Él está presente.
A continuación indicó que en la última cena antes de ser crucificado, el Señor instituyó la Santa Cena. Cuando nosotros hoy participamos de la Santa Cena, Cristo nos ofrece la comunión con Él y vivimos la comunión entre nosotros; tenemos comunión con los Apóstoles que Jesucristo ha enviado y agradecemos por el sacrificio del Señor. Con la actitud digna al participar de la Santa Cena estamos confesando que creemos en su sacrificio, que es fruto del excelso amor de Dios nuestro Padre y también lo hacemos ansiando que el Señor venga y nos conceda la última Santa Cena.
Un total de 127 concurrentes pudieron compartir con alegría y comunión fraternal esa fiesta especial para la comunidad.

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