El Apóstol de Distrito ofició en Pergamino y Arrecifes

Sábado 10/09/2016

El sábado 3 y domingo 4 de septiembre de 2016 recibieron al Apóstol de Distrito Minio los hermanos y hermanas de dos comunidades ubicadas en el norte de la provincia de Buenos Aires: Pergamino y Arrecifes, respectivamente.


La ciudad de Pergamino se encuentra a 110 km de Rosario y a 222 km de la ciudad de Buenos aires. Allí tuvo lugar un Servicio Divino el sábado 3 de septiembre, presidido por el Apóstol de Distrito Enrique Minio, que estuvo acompañado por el Anciano de Distrito Jorge Bercellini y el Evangelista de Distrito Walter Tenorio. A este hermoso encuentro se sumaron las comunidades de Colón, Wheelwright y Rojas, sumando 100 asistentes. El texto leído de la Biblia fue Deuteronomio 6:6-7: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. El mensaje de la prédica se centró en que como cristianos podamos ser misioneros creíbles. Fue mencionado un simple ejemplo a modo de comparación: ¿Cuál sería nuestra posición si al ir al médico nos aconseja cuidarnos en los hábitos alimenticios e higiene personal, pero vemos que él mismo no sigue esos hábitos? Aunque el consejo sea bueno, correcto y para nuestro beneficio, el ejemplo del profesional nos genera descreimiento. De la misma manera, cuando nosotros damos testimonio de nuestra fe, de la gracia de Dios y de los beneficios espirituales que genera seguir a Cristo, todo puede resultar poco creíble si nuestras palabras y obras no condicen con el Evangelio cristiano.
Este día también tuvo un motivo adicional de alegría, pues una de las abuelas de la comunidad celebraba ese día sus 80 años.

Al día siguiente se realizó también un Servicio Divino, esta vez en la localidad de Arrecifes. Allí el Apóstol de Distrito basó su servir en el texto bíblico de Lucas 8:16: “Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz”. En el desarrollo de esta palabra el Apóstol de Distrito explicaba que esa luz se refiere a la “lámpara de salvación” que Dios ha encendido, primero en Cristo, para que los hombres pudieran ver en Él cuál es el camino de salvación.
Nos preguntamos: ¿Queremos recibir a Cristo como la luz de nuestra vida, como aquel a quien seguimos y que nos marca el camino? “¡Dios permita que en tu vida y en la mía Cristo sea esa luz de referencia!”, expresó más adelante el Apóstol de Distrito. Y esto no se refiere a buscar a Cristo solamente como una ayuda para nuestra vida natural sino, y en primer lugar, como camino para nuestra salvación.
Y fue explicado que, así como a ninguno de nosotros se le ocurriría encender una luz y luego ponerle algo encima para taparla, tampoco queremos “cubrir” el verdadero mensaje que Cristo quiere dar. También queremos preguntarnos: ¿Soy una luz en el camino para otros?
Colaboraron en el servir el Anciano de Distrito Bercellini y el Pastor dirigente de la comunidad Arrecifes.

GALERÍA