¡La paz del Resucitado sea con vosotros!

Domingo 03/04/2016

Como fuera anunciado anteriormente, el domingo 3 de abril de 2016 en el marco de su visita a Argentina el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider presidió un Servicio Divino en la iglesia central Buenos Aires, a las 10 hs, transmitido vía satélite a los países que integran la Iglesia regional: Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Un coro de jóvenes formado especialmente para esta ocasión brindó un hermoso marco musical al encuentro tan esperado.


El Apóstol Mayor Schneider basó su servir en el texto bíblico de Juan 16:33: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. En sus primeras palabras recordó la reciente celebración de la Pascua, exhortando a que esa alegría en Cristo pueda permanecer durante todo el año y a que podamos sentir que Cristo está vivo, presente y activo: ¡Realmente está aquí esta mañana!, enfatizaba el Apóstol Mayor.
Luego refiriéndose a la palabra del día, explicaba que es difícil tener paz, uno lucha contra muchas dificultades. Pero tener paz en Cristo no significa no tener conflictos y dificultades. Se trata de la paz en Dios, para la cual necesitamos lograr la comunión con Dios, ser uno con Él así como Jesús.
El maligno no quiere que tengamos esa paz y hará todo lo posible para que nos separemos de Dios:

-Tenemos sufrimientos, problemas, enfermedades, lidiamos con la muerte. Podríamos pensar que Dios debería librarnos de todo esto. Pero Jesús venció todo esto, incluso a la muerte. Totalmente convencido del amor del Padre, entregó su vida y su espíritu: ¡Confiemos en el amor de Dios!

-Recibimos ofrecimientos, propuestas de satisfacción y bienestar. El maligno nos invita a no prestar atención a los mandamientos divinos. Volvemos a mirar a Jesús. Él vivió y superó esta misma situación. ¿Cuál fue su respuesta? El maligno no puede darnos la resurrección ni la vida eterna: ¡Mi Padre puede darme más!. Entonces sigo en obediencia.

-Nuestra propia voluntad. A veces podríamos pensar: Soy adulto, nadie puede decirme qué hacer o pensar. Sucede que si no estamos de acuerdo con Dios, no podemos tener comunión y ser uno con Él. Jesús ciertamente era libre e hizo lo que había que hacer. ¿Cómo? Pues Él quería exactamente lo mismo que Dios. ¡Que la voluntad de Dios sea la nuestra!

-Nos enfrentamos a injusticias. El maligno nos lleva a pensar: Si Dios existe, ¡debería castigar a esta persona!. Entonces no estamos dispuestos a perdonar. Pero si no perdonamos, no podemos ser perdonados. Y el pecado nos separa de Dios porque no podemos obtener la gracia. Jesús sufrió más que nadie la injusticia: Él no tuvo un solo pecado y lo crucificaron. ¿Cuál fue su reacción? Oró por aquellos que lo estaban matando. Nosotros no somos perfectos. Y seamos honestos: a veces no es realmente injusto lo que debemos sufrir. Cuando somos ofendidos, a veces también nosotros hicimos lo mismo con otras personas. ¡Necesitamos de la gracia y del perdón! Tengo que ser consciente de esto y entonces también perdonar a mi prójimo.

-Tenemos que aceptar las debilidades del prójimo, de nuestros hermanos y hermanas y de la Iglesia en general. El diablo quiere usar esto para separarnos de Dios. Entonces no queremos asistir más a los Servicios Divinos, nos quedamos en casa, no recibimos la Santa Cena. Pero sin ella, no podemos ser como Jesús. ¡Necesitamos recibir la Santa Cena!

En esta hora compartieron también un sentir en el altar el Ayudante Apóstol de Distrito Frank Dzur (de Canadá), el Apóstol de Distrito Raúl Montes de Oca (Bolivia-Brasil) y el Apóstol Guillermo Canessa (Argentina).
Luego fue celebrada por el Apóstol Mayor la Santa Cena para los difuntos, recibiéndola en representación los Apóstoles Norberto Bianchi y Herman Ernst.
Antes de finalizar el Apóstol Mayor subrayó: ¡Cristo ya ha vencido al mal! Y hoy quiere decirnos a ti y a mí: ¡La paz del Resucitado sea con vosotros!
Y se despidió expresando: Siempre es una maravillosa experiencia estar aquí. Gracias por vuestra fe y entusiasmo por la Obra de Dios, gracias por vuestros ruegos y sacrificios. Gracias por vuestra alegría en Cristo.

Está previsto aún un Servicio Divino del Apóstol Mayor, programado para el lunes 4 de abril en la ciudad de Bahía Blanca (provincia de Buenos Aires).

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