“¡Aún hay lugar!”. Servicio Divino en ayuda para los difuntos

Lunes 14/03/2016

El sábado 5 de marzo de 2016 el Apóstol Jorge Franco visitó la iglesia La Plata N°1 (en la capital de la provincia de Buenos Aires) para oficiar el Servicio Divino en ayuda para los difuntos correspondiente al mes de marzo. Para la comunidad se trataba de una fecha especial, pues se cumplía un mes desde la partida a la eternidad del Primer Pastor Luis Allende.


Acompañaron al Apóstol el Anciano de Distrito Taverniso, los Evangelistas de Distrito Nakane (distrito 14) y Correa (distrito 15), como así también los Primeros Pastores Ferrara y Martín. Además, habían sido invitados los Pastores dirigentes de las comunidades de ambos distritos, incluidos aquellos provenientes de la costa atlántica y otras localidades del interior de la provincia de Buenos Aires.
El Servicio Divino comenzó a las 18.30 hs. La iglesia se encontraba hermosamente decorada. Además del arreglo floral en el altar, los hermanos y hermanas habían colocado detalles de cintas y moños blancos en algunas columnas y a los costados de los bancos, sobre el pasillo central. El coro brindó un marco musical que predisponía sensiblemente al corazón, en concordancia con el sentir de este encuentro tan especial.
El texto bíblico había sido enviado por el Apóstol Mayor a los Apóstoles, del Evangelio de Lucas 14:23: “Dijo el señor al siervo: Vé por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”.
En sus primeras palabras, el Apóstol Franco expresó: “Todos los Servicios Divinos son importantes, porque son un encuentro con Dios (…) Y este Servicio Divino es particular, porque entre tantos seres también hay alguien más en esta comunidad”. Hacía referencia al mencionado Primer Pastor Allende (hijo del Apóstol en descanso Santos A. Allende), quien partió a casa sorpresivamente el pasado 5 de febrero. Sus familiares, siervos y la comunidad toda lo recordaban de manera especial en esa tarde. Para nosotros son dos orillas, solemos hablar del más allá, como una manera de distinguir los dos ámbitos. Pero “para Dios es una realidad plena y única”, afirmaba el Apóstol.
Ya en el desarrollo del texto, donde se expone la parábola de la gran cena, el Apóstol citó uno de los versículos anteriores donde dice “Venid, que ya todo está preparado” (vers.17). Al respecto manifestaba: “Esto es una realidad de parte de Dios: está todo preparado. Está el camino de gracia, el apostolado, la palabra, los Sacramentos, el perdón”. Y más adelante dice: “aún hay lugar” (vers. 22). Dios invita, para ello envió a sus siervos. Y la salvación de Dios es para todos. Es tiempo de gracia, ¡aún hay lugar! Esto también es así para la eternidad. Aceptemos su invitación. Y “un día veremos esa realidad plena de lo que hoy nos está contando”, concluía el Apóstol.
Luego dio lugar al Anciano de Distrito Taverniso y a continuación se celebró la Santa Cena. Un momento muy emotivo fue cuando, por encargo del Apóstol de Distrito, el Apóstol donó los Sacramentos a los difuntos, representados en dos Pastores.
Finalmente, antes de concluir la hora el Apóstol invitó a la comunidad a realizar una “tarea para el hogar”: recomendó la lectura del capítulo 60 del libro de Isaías.

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