“Con Dios, todo”

Miércoles 30/12/2015

El sábado 19 de diciembre de 2015, el Apóstol de Distrito Enrique Minio realizó un Servicio Divino para portadores de ministerio, en actividad y en descanso, con esposas y viudas de siervos, en la iglesia central Buenos Aires con transmisión a toda el área de actividad.


A pesar de que fue tarde de verano con elevadas temperaturas, dentro de la iglesia central se sentía un “clima” especial. Muchos siervos en descanso con sus esposas formaron parte del coro de mayores que se ubicó en los primeros bancos delante del altar. En la parte alta estaba el coro general y la orquesta estable; entre todos ofrecieron un bello marco al encuentro con sus aportes musicales.
El texto bíblico utilizado fue Salmo 18: 29 “Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré muros”
El Apóstol de Distrito Minio comenzó expresando los saludos del Apóstol Mayor y un profundo agradecimiento a todos los portadores de ministerio y a quienes los rodean, esposas, hijos, familia por todo lo realizado en el año, por “lo que se ve y por lo que no se ve y es agradable a los ojos de Dios”.
“La Iglesia visible es como nosotros la hacemos”, expresó el Apóstol. A veces nos cuesta encontrar la salida o el camino. “El camino es con Dios: con Dios, todo; sin Dios, nada”; es el camino seguro, donde podemos tener paz y dar pasos firmes.
En referencia al texto, explicó que los ejércitos a vencer son: la duda que se contrapone a nuestra fe. Fortalecer nuestra fe es una misión importante para los hijos de Dios. David venció a Goliat antes de pelear, cuando le dijo: vengo a ti en nombre de Dios.
El segundo ejército a vencer es el desasosiego, que viene a nosotros cuando “miramos mal el éxito”. El éxito está en alcanzar la salvación y el resultado se lo dejamos al Señor; tenemos que ser conscientes de que somos totalmente dependientes de su gracia.
El odio es otro ejército a vencer a través del camino del amor.
Todos estos ejércitos asaltan el corazón cuando nos falta la esperanza.
Tenemos que vencernos a nosotros mismos, saltando los muros del “yo lo hice”. Este muro hace que nos alejemos de Dios, no dejamos que Dios sea en nosotros cuando hablamos de “nuestras obras”.
La queja, la irritabilidad, la susceptibilidad, ser irreconciliables son otros de los muros a derribar en nuestros corazones, como condición necesaria para ser humildes y agradables a los ojos del Señor.
Asimismo, colaboraron en el servir el Apóstol Herman Ernst (de Uruguay) y el Obispo Leonardo Berardo (de Argentina), recientemente instituido en su ministerio.
Esta tarde maravillosa terminó con una interpretación “con entusiasmo creciente”, en conjunto de ambos coros del himno “Es en la Obra de Cristo” que fue muy emocionante porque a pesar de estar físicamente separados en el recinto de la iglesia, conformaron un solo corazón.

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