Una iglesia de puertas abiertas: Jornada especial en Villa Ballester

Viernes 28/08/2015

El pasado viernes 14 de agosto la iglesia Villa Ballester (ubicada en la zona noroeste de la provincia de Buenos Aires) se vistió de fiesta para dar inicio a un evento que duraría tres días. Una propuesta diferente y atractiva que tuvo como objetivo darse a conocer en toda la comunidad local. Más de 500 colaboradores participaron de una u otra forma para hacer posible este evento que reseñamos a continuación.


“El disparador fue un deseo de nuestro Apóstol que expresó: Nosotros no tenemos nada para esconder y mucho para mostrar. Fue así como a principios de junio 2015 y bajo el lema propuesto por el Apóstol Mayor Schneider, “alegría en Cristo”, empezaron a formarse los primeros grupos de trabajo de los distritos 4 y 5 para diagramar este acontecimiento único. La iglesia estaría abierta por tres días consecutivos”. Esto cuentan algunos colaboradores. Pero nadie se imaginaba que visitarían la Iglesia por primera vez más de 150 personas y que se alcanzaría un total de 1.800 participantes.

Día 1: El viernes 14 de agosto se abrió la muestra de paneles explicativos con información acerca de Iglesia Nueva Apostólica. Un circuito mostraba actividades y otro resumía la historia de la Iglesia, desde los comienzos hasta la actualidad. El coro de cámara del obispado deleitó con más de diez obras; entre los invitados estuvo presente el Intendente del partido de General San Martín, Dr. Gabriel Katopodis. Conmovido, expresó luego: “La posibilidad de poder orar a través de la música lo hace todo mucho más armonioso y es una caricia al corazón, al espíritu. Fue un momento de profunda emoción para todos los que estuvimos aquí. Me llevo una profunda gratitud para esta Iglesia, se vivió un clima muy especial”.
Día 2: A las 15 hs se desarrolló la clase de enseñanza de religión y escuela de Confirmación para niños, con la visita especial del Anciano de Distrito Jorge Segarra y dirigentes de distrito. Al finalizar todos compartieron una merienda, mientras los niños de la Escuela de música, con la ternura que los caracteriza, ofrecieron una muestra de su trabajo que incluyó un concierto y una clase abierta interactiva. Estuvieron como invitados los niños de la pre-escuela y escuela dominical junto con sus abuelos. La iglesia estaba repleta, con más de 80 niños (y en total unos 300 participantes). Luego tuvo lugar una presentación coral del coro de mayores, que también deleitó a todos, y una charla-taller a cargo del Anciano de Distrito Segarra. Finalmente llegó el último concierto del día, a cargo del coro de los distritos 4 y 5.
Día 3: El domingo comenzó por supuesto con el Servicio Divino. Muchas manos se ocuparon de reacondicionar el lugar: para cada día se había preparado una ornamentación diferente. El Servicio Divino estuvo a cargo del Apóstol Gerardo Zanotti, basando su servir en el texto bíblico de Lucas 6:37-38: “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
Participaron 315 fieles de las iglesias Villa Ballester, San Andrés, José León Suárez y Munro. Un coro de más de cien voces, compuesto por los “coros de comunidad”, dio un hermoso marco musical y al finalizar ofreció un concierto.
Por la tarde, además de la muestra de paneles que seguía disponible, hubo una charla explicativa acerca del desarrollo de la Obra de Dios y su Plan de Salvación, a cargo del Pastor Armando Riccetto, quien luego respondió preguntas de los participantes.
Para dar final a estos tres días de jornada, con ritmos africanos hizo su entrada el coro de juventud (con más de ciento ochenta jóvenes de los distritos Nº 2, 4, 5, 9 y 10) y el conjunto instrumental del Obispado. Vecinos del lugar también se acercaron a escucharlos y una pantalla gigante en la vereda iba transmitiendo todo lo que acontecía en el interior.
Concluyen los participantes: “Felicidad, amor, agradecimiento, gozo, comunión…No alcanzan las palabras para describir el sentir de todos al volver a casa. Sólo una cosa puede afirmarse, que el objetivo estuvo ampliamente superado: Vivir una auténtica alegría en Cristo”.

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