Viernes 05/12/2025
El mes de diciembre lleva la impronta de los Servicios Divinos de Adviento, Navidad y fin de año. Adviento es tiempo de reflexión.
El Hijo de Dios vino a la tierra para liberar a los seres humanos: Jesús nos llama a decidirnos por la luz y desechar la oscuridad del pecado.
El camino para llegada de Jesús fue preparado por Juan el Bautista. Su humildad y modestia pueden ser un ejemplo para nosotros. Jesús debe seguir “creciendo” en nosotros, en nuestros pensamientos y actos.
Jesús es la “estrella resplandeciente de la mañana”. No obstante, su actitud se caracteriza por la modestia. La promesa de su retorno sigue siendo válida y está directamente relacionada con nuestra comunión perfecta con Dios.
El Servicio Divino de Navidad resalta que Jesús no permaneció en el ámbito de la gloria divina, sino que entró al mundo y compartió la vida de los seres humanos.
Esto es una señal del amor de Dios hacia nosotros. Ese amor nos motiva a amarlo a Él y a nuestro prójimo de la misma manera.
En el Servicio Divino de fin de año deseamos tener presente todo lo bueno que Dios hizo en nosotros. Y ello debería motivarnos a seguir practicando el lema: “¡Es tiempo de hacer el bien!”.