Viernes 01/11/2024
El amor al prójimo es importante para la salvación. Pero a veces requiere de un gran esfuerzo.
Fuente: nak.org
A veces se puede ayudar de manera muy concreta. Leemos en la epístola de Juan: “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”. A veces se puede aliviar un poco la necesidad haciendo algo muy concreto. Entonces lo deberíamos hacer. Si no es posible o no se desea, entonces debemos dejar que nuestro prójimo sienta calor y cercanía.
A veces hay que salir de la propia zona de confort. No es cómodo si a uno mismo le va bien y hay alguien que está pasando por un drama enorme. Cuesta acercarse al prójimo y hablar con él. Sé que no es cómodo, pero forma parte de ello. No miremos hacia otro lado. No nos resignemos a que a los demás les vaya mal. Oremos por nuestro prójimo en la comunidad. Donde podamos ayudar, ayudemos. Y en todo caso, podemos tomarnos el tiempo de escuchar y hacer sentir al otro: "Yo sufro contigo. No soy indiferente a lo que estás viviendo".
De un Servicio Divino del Apóstol Mayor