Experimentar la cercanía de Dios

El último domingo se celebró un Servicio Divino en Burzaco con motivo del 60º aniversario de la iglesia. Participó el Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por el Apóstol Claudio González, el Obispo Diego Batista y portadores de ministerio del distrito y la comunidad.

Burzaco está ubicada en el municipio bonaerense del cual toma su nombre, a unos 39 kilómetros al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Esa mañana fue una verdadera fiesta para sus miembros. El altar, el coro, el ensamble instrumental y cada detalle en los que hermanos y hermanas habían colaborado, ayudaron a predisponer el corazón de los 357 invitados que se congregaron para celebrar el 60º aniversario.

Tras la oración inicial, Andrea, integrante del coro, leyó una breve reseña histórica de la iglesia. En ella se rememoraron los orígenes de la comunidad y la inauguración del edificio, el 12 de septiembre 1964. Entre tantos recuerdos evocados, el Apóstol de Distrito Minio reflexionó: “Lo importante es que esto nos produzca alegría”.

La prédica se basó en el texto bíblico previsto para ese día, 1 Reyes 19:11-12, exhortando a concentrarnos en experimentar la cercanía del Señor en el Servicio Divino. “Para conseguirlo es fundamental hacer silencio, abrir el corazón y oír su voz”, afirmó el Apóstol de Distrito.

Continuó con la prédica el Apóstol Claudio González: “Elías supo dónde buscar a Dios”, expresó, “y nosotros también sabemos dónde está. Hace 60 años esta iglesia se consagró como lugar para encontrarnos con el Señor, Él se manifiesta aquí”. También participó del servir el dirigente de la comunidad, Pastor Rafael Maiorca.

A continuación, el Apóstol de Distrito suministró la Santa Cena a la comunidad y para las almas del más allá. “Recordamos a todos aquellos que nos han acompañado durante estos 60 años y hoy ya no están. El Señor llama a todos a la misma mesa”, había expresado el Obispo Batista, en la alocución previa a la celebración del Sacramento.

Al finalizar el Servicio Divino, mientras el coro y ensamble instrumental interpretaban bellas melodías, el Apóstol de Distrito junto a los portadores de ministerio que acompañaban, saludó y despidió a cada invitado. En la puerta les esperaba un obsequio más: el souvenir del aniversario.

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