Agradecimiento

En marzo de este año, el Apóstol Néstor Manzelli realizó dos Servicios Divinos para adultos mayores en comunidades de Argentina. El sábado 16, compartió la hora junto a hermanos y hermanas en la iglesia Alto Alberdi (Córdoba) y una semana después, ofició en Posadas (Misiones).

Corazón agradecido
El 16 de marzo, Alto Alberdi (provincia de Córdoba) fue el punto de encuentro para los adultos mayores del área. Asimismo, jóvenes de comunidades cercanas colaboraron con amor en muchos de los preparativos para este día. Entre otras cosas, confeccionaron souvenirs, organizaron el refrigerio que sería compartido luego de la hora y limpiaron la iglesia.
El Apóstol Manzelli presidió la hora y tomó como base para el servir la cita de 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. La prédica exhortó a vivir el presente con un corazón agradecido, reconociendo el obrar maravilloso de Dios en nuestra vida y anhelando un futuro en comunión eterna junto a Él.
Participaron del servir, el dirigente de distrito Juan Heidemann, su ayudante Carlos Sanz y el Pastor Ignacio Giest.?
Finalizado el Servicio Divino, el Apóstol junto a los 87 fieles que habían concurrido, compartieron un refrigerio donde hubo tiempo para anécdotas, recuerdos y mucha alegría.

Jesús, un ejemplo de agradecimiento
Una semana después, el Apóstol Néstor Manzelli viajó a la provincia de Misiones (en el noreste del país) para oficiar en la iglesia Posadas. Allí se congregaron 71 invitados, tres de ellos asistían a la Iglesia por primera vez.
La prédica se basó también aquí en el texto bíblico de 1 Tesalonicenses 5:18. “Estimulados por el Espíritu Santo, agradecemos a Dios por sus favores”, fue la premisa del servir.
Las aflicciones podrían llevarnos a estar descontentos no solo con las personas, sino también con Dios. En esos momentos, no deberíamos olvidar todas las cosas que aún hay para agradecer. En este sentido, el Apóstol explicó que debemos tomar a Cristo como ejemplo, “Él agradecía antes de que sucediera el milagro -como cuando multiplicó los panes y los peces- porque sabía que Dios lo acompañaba y oía siempre”. Si nos dejamos guiar por la actividad del Espíritu Santo, podremos reconocer la presencia y el obrar del Padre celestial.
Realizaron aportes a la prédica, el Obispo Javier Ávalos y el Evangelista de Distrito Claudio Zuk.
Luego de la hora, el Apóstol se sumó al coro para entonar junto a los hermanos y hermanas el último himno. Terminado el Servicio Divino, los portadores de ministerio e invitados compartieron un refrigerio.