Vinculados con Dios en la oración

Durante el primer fin de semana de 2024, el Apóstol de Distrito Enrique Minio realizó Servicios Divinos en distintas iglesias de la provincia de Buenos Aires (Argentina). El viernes 5 ofició en Laprida. Al día siguiente visitó Pigüé. Y, por último, el domingo 7 de enero compartió la hora junto a fieles de la comunidad Huanguelén.

Horas de alegría
Laprida, Pigüé y Huanguelén son tres localidades ubicadas en el centro de la provincia de Buenos Aires, a unos 500 kilómetros de la Capital Federal argentina. Cuando los hermanos y hermanas de estas comunidades recibieron la noticia, comenzaron a preparase con alegría para vivir el encuentro. En primer lugar, orando a Dios para que todo lo planificado pudiera llevarse a cabo.
El itinerario del Apóstol de Distrito comenzó el viernes 5, con un Servicio Divino en la iglesia Laprida, del cual participaron también algunas hermanas de Coronel Suárez. El coro y conjunto instrumental regaló un hermoso marco musical. El sábado 6 por la tarde, el Apóstol de Distrito realizó un Servicio Divino con Santo Sellamiento en Pigüé. Estuvieron invitados, además, los fieles de la iglesia Puan. Finalmente, el domingo por la mañana se compartió la hora junto a los miembros de la comunidad Huanguelén.
El Apóstol de Distrito tomó de base para el servir la palabra prevista para el primer Servicio Divino del año, 1 Tesalonicenses 5:17. “La oración contribuye a nuestra salvación”, fue el mensaje de la prédica.

¡Orar funciona!
“Siempre que tenemos la posibilidad de venir a la iglesia, damos continuidad a nuestro proceso de aprendizaje. De esta forma descubrimos quién es Dios y cómo debe ser nuestra relación con Él. También aprendemos quiénes somos nosotros y qué misión tenemos. Nuestro Padre celestial desea que conozcamos su plan de salvación y que podamos llevar el Evangelio a todos los seres humanos”, expresó el Apóstol de Distrito durante su servir.
Asimismo, explicó que para tener una buena relación con Dios es fundamental prestar atención a la comunicación que tenemos con Él. En esta tarea, el Espíritu Santo nos enseña que la oración es fundamental para alcanzar la salvación.
Al finalizar cada Servicio Divino, el Apóstol de Distrito permaneció unos minutos más en las comunidades despidiendo a cada invitado, deseando a todos un bendecido año y que podamos acuñar a fuego en el corazón el lema que nos regaló el Apóstol Mayor: “¡Orar funciona!”.