Misericordia sin límites

Jueves 09/11/2023

El domingo 5 de noviembre el Apóstol de Distrito Enrique Minio presidió el Servicio Divino en ayuda para los difuntos en la iglesia Bosque da Saúde (San Pablo, Brasil).


Unos 250 fieles que concurren a las comunidades del distrito San Pablo se congregaron para celebrar el Servicio Divino en ayuda para los difuntos. Acompañaron al Apóstol de Distrito, los Apóstoles José Bonaite, Reinaldo Milczuk y Herman Ernst, también los Obispo João Silva y Sergio Pereira, junto dirigentes de distrito de Brasil. Entre los invitados estuvieron además los Obispos Genival y Eduardo Haeffner (ambos actualmente en descanso ministerial).

“Alabemos la bondad y fidelidad de nuestro Padre celestial”, fue la premisa del día. La prédica se basó en el pasaje bíblico de Salmos 57:10: “Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu verdad”.
“Compartir esta hora junto a ustedes me da mucha felicidad”, manifestó el Apóstol de Distrito al inicio del encuentro y más adelante expresó: “Como cristianos nuevoapostólicas, estas fechas son muy especiales porque solemos recordar, en primer lugar, a nuestros amados en el más allá. A menudo pensamos en cuál será su estado allí. Tengamos la certeza de que nuestro Padre celestial ama a todos los seres humanos. Su obrar no tiene límites y supera todo lo que podemos imaginar”.

El camino a la salvación
Durante su servir, el Apóstol de Distrito resaltó que el Señor desea vivir en comunión eterna con todos los seres humanos. Esto es válido aquí y en el más allá. Para ello nos da acceso a su gracia y bondad. “Su misericordia está disponible para cada uno de nosotros”, agregó. Dios es fiel y verdadero, cumple todas sus promesas. Debemos confiar en Él, aunque no logremos comprender todo lo que nos sucede.
“¿Cómo podemos aprovechar los beneficios que el Señor nos brinda?”, fue una de las motivaciones y la respuesta llegó a continuación: Siguiendo a Cristo, creyendo en Él, arrepintiéndonos y aceptando el perdón.
La mejor forma de expresar nuestro agradecimiento a Dios es colocando nuestros dones al servicio de su Obra y amando al prójimo. “Hagamos nuestro aporte a la unidad de la Iglesia”, exhortó el Apóstol de Distrito sobre el final de su servir. Realizaron aportes a la prédica los Apóstoles Milczuk y Ernst.

Luego de compartir la Santa Cena con la comunidad, fueron dispensados los Sacramentos para las almas del más allá a través de dos portadores de ministerio locales que se acercaron al altar. “Oremos para que todos puedan reconocer la salvación en Cristo”, había dicho el Apóstol Bonaite durante la alocución previa al acto.
Sobre el final de la hora, llegó una noticia que generó alegría: tres hermanos fueron presentados como oficiantes. Dos de ellos colaborarán en la comunidad Pindamonhangaba y el tercero, en Santana.

A continuación, el Apóstol de Distrito invitó a los fieles a permanecer unos instantes más en la comunidad para poder saludarse. Junto a los Apóstoles que lo habían acompañado y otros portadores de ministerio, se ubicaron debajo del altar y estrecharon la mano a cada hermano y hermana.

Regreso a Buenos Aires
El Apóstol de Distrito Minio debió postergar unos días algunas de las actividades programadas en Brasil ante la triste noticia de la partida a casa del Apóstol de Distrito (en descanso) Mario Fiore. Regresó entonces a Buenos Aires para poder realizar el martes 7, por la mañana, el Servicio Divino de duelo.

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