Sábado 05/08/2023
Dicen que el destino es ciego. Dios es muy diferente: Él ve, a todos y a cada uno, y mira en lo profundo. Reconoce las necesidades. Y no se limita a mirar. Él ayuda, ahora y por toda la eternidad. El anticipo de los Servicios Divinos dominicales de agosto.
Fuente: nac.today
“Tú eres Dios que ve”. Estas palabras de Génesis 16:13 son el tema central del primer domingo de agosto. Fueron pronunciadas por Agar, que estando encinta huyó de Saraí, la mujer de Abram. Con ello, la sierva menciona un nombre de Dios, “El-Roï”, que solo aparece en este lugar de la Biblia.
Dios ve a cada ser humano, percibe a cada uno de forma personal e individual, incluso y especialmente en situaciones difíciles. Lo contempla con los ojos del amor. También ve las penurias y esfuerzos. Dios ve a su pueblo, los discípulos de Cristo. Incluso cuando hay amenazas, Él siempre tiene a la vista a su Obra y la llevará a la consumación.
Dios conoce por completo a cada persona
“Sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres”. En 2 Crónicas 6:30-31 se encuentran las palabras en torno a las cuales gira el segundo domingo. El pasaje procede de la oración del rey Salomón en la consagración del templo de Jerusalén.
El corazón aquí no significa las emociones, pues eso es lo que en hebreo representan los riñones. El corazón aquí es la imagen de la razón, la capacidad para planificar y la voluntad humana (es decir, el intelecto).
Y así queda claro: Dios conoce las motivaciones de cada persona, sus intenciones, deseos y metas. No se le pueden ocultar. Es más útil examinarlos críticamente uno mismo: ¿Están las intenciones en armonía con la voluntad de Dios, tal como queda clara en el Evangelio?
El Señor busca a los que buscan
Pero Dios no solo ve las intenciones, sino también el dolor silencioso de las personas. Y no solo mira, sino que ayuda, da santificación y paz. Esto es lo que nos cuenta el tercer domingo con el hecho de la mujer que padecía de flujo de sangre.
Entre la multitud, una mujer sin nombre toca el manto de Jesús. Él siente que un poder ha salido de Él. Y busca a los que buscan, se dirige a ese grito silencioso de ayuda: “Tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote” (Marcos 5:34).
El plan de salvación y qué hacer
Sin embargo, la verdadera curación que Dios quiere dar es la salvación eterna. Tiene un plan para ello. Y se lo revela a los seres humanos, no inmediatamente en su totalidad, sino paso a paso. De todos modos, les dice lo que tienen que hacer para ser salvos.
Dios está por encima del tiempo. Conoce el futuro, así como conoce el pasado y el presente. El Señor ve los peligros espirituales que amenazan a su pueblo y advierte contra ellos. Y también dice cómo hacer frente a los peligros.
Cuáles son exactamente estos peligros y qué se puede hacer contra ellos es el tema del cuarto domingo de agosto bajo el pasaje bíblico de Lucas 21:36: “Velad, pues, en todo tiempo que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”.
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