Tiempo de obrar

El miércoles 25 de enero por la tarde, el Apóstol Herman Ernst compartió un Servicio Divino junto a hermanos y hermanas de la iglesia Porvenir (Uruguay). Para sus miembros era un encuentro de entresemana más que especial, ya que celebraban el 80º aniversario de la inauguración de su comunidad.

Una misión
El Apóstol basó su prédica en el pasaje bíblico de Juan 1: 6-7: “Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él”.
Haciendo referencia a la importante tarea que cumplió Juan, el bautista, el Apóstol afirmó que el Señor llama a todos sus hijos a que puedan dar testimonio de su fe. Parafraseando una expresión del Apóstol Mayor, mencionó: “No se trata de convencer, sino de «contagiar» lo que vivimos en la casa del Padre. Este es un maravilloso encargo”, explicó el siervo. “Hablar de nuestra fe es darle lugar al don del Espíritu Santo que llevamos y escuchar todo lo que tiene para decirnos. ¡Es tiempo de obrar!”, exhortó el Apóstol.
El Evangelista de Distrito Gustavo Retamoza y el Primer Pastor Daniel Palermo participaron también del servir. La concurrencia total fue de 88 invitados.

“La gloria es de Dios”
El 24 de enero de 1943, se celebró en la habitación de una casa de familia el primer Servicio Divino en la historia de la comunidad Porvenir. Sus miembros destacan el gran trabajo de testimonio que llevaron a cabo los pioneros, entre ellos Constanzo Giró, quien conversaba sobre su fe con cada persona que se encontraba en la calle. En 1981, cuando el Apóstol de Distrito Pablo Bianchi inauguró el edificio propio de la comunidad, recordó las palabras que en una oportunidad había pronunciado este hermano: “Yo solo hice lo que tenía que hacer. Toda la gloria es de Dios, porque Él coloca en el camino a todas las almas que tiene preparadas”.
La comunidad Porvenir toma su nombre del barrio donde está ubicado. El mismo fue fundado en el año 1870 y forma parte del departamento uruguayo de Montevideo.