Siguiendo el ejemplo de Jesucristo, el Verbo hecho hombre, anunciamos la gloria de Dios

Lunes 26/12/2022

Este fue el mensaje del Servicio Divino de Navidad, que por transmisión fue realizado por el Apóstol de Distrito Enrique Minio. Estuvo acompañado en el servir por el Apóstol Herman Ernst.


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Servicio Divino de palabra – domingo 25 de diciembre de 2022

Navidad

Texto bíblico:
Juan 1:14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y
vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.

Lectura de la Biblia: Mateo 1:18-23

Mensaje: Siguiendo el ejemplo de Jesucristo, el Verbo hecho hombre, anunciamos la gloria de Dios.

El Hijo de Dios vino a la tierra
“El Padre celestial anunció su gloria de distintas maneras”, manifestó el Apóstol de Distrito al inicio de la hora. Los ángeles dijeron a los pastores que Dios había enviado al Mesías prometido. Después de ver al niño en el pesebre, volvieron para alabar a Dios porque había enviado al Salvador. “Si nos conmueve escuchar un himno en la iglesia, imaginen lo que habrá sido ver a Cristo”, reflexionó el siervo.
Más tarde, Dios reveló a la humanidad que este Salvador no era otro que Él mismo. El Evangelio de Juan habla de Jesucristo como el Verbo y el Hijo unigénito de Dios. Este término destaca la unidad perfecta que existe entre el Padre y el Hijo. “Él es único y eterno”, agregó el Apóstol de Distrito. De esta forma, el Señor da una prueba explícita de su amor a la humanidad.

Jesús es el Verbo hecho carne
Dios, el Hijo, se hizo hombre para salvación de todos los seres humanos. Él vivió lo mismo que nosotros, por eso sabemos que hay alguien que nos comprende plenamente. Cristo experimentó nuestras alegrías y sufrimientos, pero lo hizo sin pecado. Fue el hombre que cumplió a la perfección la voluntad divina. Es por ello que decimos que fue el Verbo hecho carne.

Jesucristo nos revela la gloria de Dios
Cristo no buscó su propia gloria, sino la de su Padre. Reveló la gracia divina a la humanidad a través del amor y la enseñanza del Evangelio.
Dios nos ofrece la salvación sin condiciones previas. La palabra divina es inmutable y sus promesas se cumplen.

Jesucristo nos envía
Así como Cristo recibió un envío de su Padre, nosotros también tenemos la misión de seguirlo y anunciar la gloria de Dios. Por amor a Él, estamos decididos a orientarnos en su voluntad. Lo podemos hacer cuando nos recibimos unos a otros y buscamos la comunión.
“Nada es imposible si confiamos en Cristo”, destacó luego el siervo. “Pase lo que pase, queremos anunciar la gloria de Dios. No olvidemos que somos herramientas en sus manos”, fue la exhortación del Apóstol Ernst durante su prédica.
Nuestra esperanza de gloria en Cristo se basa en la certeza de que Él trae verdad y gracia y que vendrá otra vez como lo ha prometido para llevarnos a su gloria. “Que todos podamos alcanzar este día”, deseó el Apóstol de Distrito sobre el final del Servicio Divino.

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