Martes 30/08/2022
El domingo 28 de agosto de 2022, el Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por los Apóstoles Claudio González, José Bonaite y Reinaldo Milczuk, ofició en la iglesia Carpina (Pernanbuco, Brasil). Un acontecimiento especial motivaba el encuentro: luego de 35 años de actividad ministerial, el Obispo Genival sería colocado en estado de descanso. La visita se dio en el marco de una serie de Servicios Divinos celebrados en el nordeste brasilero.
Habían pasado unos 40 días desde que los siervos que colaboran en el área del Gran Recife recibieron la noticia de la visita del Apóstol de Distrito. A partir de ese momento, comenzaron los preparativos con mucha alegría. Coordinar el traslado, planificar la actividad coral y preparar la iglesia eran solo algunas de las tareas que los hermanos y hermanas se ocuparon de organizar con tanto amor. El Servicio Divino se llevaría a cabo en la comunidad Carpina y también participarían las iglesias Bela Vista, Guadalajara y Piedade.
Al llegar a la comunidad, el Apóstol de Distrito y los Apóstoles fueron recibidos por el Obispo Genival y los siervos locales. Por unos minutos, permanecieron juntos en el ingreso de la iglesia para darle la bienvenida a los invitados, quienes quedaban sorprendidos ante semejante recepción.
La palabra se basó en el texto bíblico de 1 Tesalonicenses 5: 23-24: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”. “Queremos dejar que Dios nos santifique por completo”, fue el mensaje de este domingo. Durante el desarrollo de la hora, el siervo destacó que el Señor ha elegido y consagrado a sus hijos para contribuir a la salvación de los demás. Por otra parte, indicó que el amor del Padre celestial procura santificar todo nuestro ser. “Llenos de amor al prójimo, queremos ponernos siempre al servicio de Cristo”, afirmó el siervo. Participaron también de la prédica los Apóstoles González y Bonaite.
Luego de suministrar la Santa Cena, el Apóstol de Distrito donó este Sacramento a las almas del más allá, momento que la comunidad vivió con nostalgia y atención. A continuación, fue invitado al altar el Obispo Genival. “Debemos trabajar con profundidad en nuestro corazón para poder disfrutar la paz que Dios quiere regalarnos”, expresó el siervo con relación al mensaje del Servicio Divino. “Todo lo que he hecho en la Obra fue para poder disfrutar la paz y la comunión. Doy gracias al Padre por todos los amigos que me ha regalado: mis hermanos y hermanas”, expresó el siervo con profunda emoción.
Asimismo, hubo muchas de muestras de afecto de las comunidades, materializadas en palabras y también algunos presentes. “Somos agradecidos al Señor, porque durante su trabajo como Obispo ha sido un ejemplo. Un incansable amigo que siempre prestó su apoyo constante e incondicional en todas las comunidades donde activó. Nos ha dejado muchas enseñanzas y su ejemplo quedará guardado por siempre en nuestro corazón”, expresaba una carta especialmente preparada para el siervo. Así, los hermanos y hermanas compartían saludos, fotos y deseos de bendición. En cada rincón de Carpina la bienaventuranza estaba presente.
De esta manera, el Apóstol de Distrito finalizaba una serie de gratos encuentros en comunidades del nordeste brasilero que había comenzado el sábado 20 de agosto con una reunión de siervos en Cidade Alta. Al día siguiente, por la mañana ofició nuevamente allí y, por la tarde, en João Câmara. El martes 23 visitó la comunidad Capoeira Natal y el miércoles 24, Lagoa do Poço. El último Servicio Divino antes de oficiar en Carpina, fue el viernes 26 en la iglesia Tambor. En próximas publicaciones ampliaremos esta información.