Martes 16/08/2022
"Dios nos provee lo necesario para que podamos vivir", fue el mensaje del Servicio Divino dominical, que por transmisión fue realizado por el Obispo Marcelo Boggio. Lo acompañó en el servir el Anciano de Distrito Marcelo Basso.
Podemos acceder a un extracto de la palabra, haciendo clic en:
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Servicio Divino de palabra – 14 de agosto de 2022
Tema: Dios se muestra
Agua para vivir
Texto bíblico: Números 20:11: “Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.”
Mensaje: Dios nos provee lo necesario para que podamos vivir.
Este texto que hemos leído es una parte de lo que tuvo que pasar el pueblo israelita mientras peregrinaba por el desierto. En un momento dado, se quedaron sin agua. Podemos imaginarnos su desesperación, porque sin agua nadie puede sobrevivir. Solo un milagro podía salvarlos y ese milagro aconteció.
Dios le pidió a Moisés que golpeara una piedra con su vara. De allí salió tanta agua que no solo alcanzó para que pudieran beber las personas sino también los animales.
Ahora nos queremos detener un instante a pensar en esto: en ningún momento Dios les evitó las dificultades. Pero siempre se encargó de darles lo que necesitaban.
Hoy es igual. Todos enfrentamos dificultades, los que son creyentes y los que no. Utilizando la imagen del desierto, también nosotros atravesamos un camino difícil: hay mucha indiferencia, incredulidad, violencia, mucha insensibilidad. Y a veces puede faltarnos lo necesario para avanzar. Pero no es lo mismo enfrentar esas situaciones solos que con Dios al lado. Esto es lo que vivió ese pueblo y es también lo que nosotros queremos vivir.
Sabemos que el agua es indispensable para la vida pero también tiene otras utilidades. Por ejemplo, la usamos para nuestra higiene. En la antigüedad, los sacerdotes antes de ingresar al tabernáculo tenían que purificarse, lavándose manos y pies, para tener un encuentro con Dios.
En el Santo Bautismo, el agua una vez separada y consagrada, es el medio por el cual se purifica al bautizado, lavando el pecado original. Y a partir de allí, se puede disfrutar de una comunión personal con Dios, cada día, todos los días de la vida.
El agua también nos permite calmar la sed. El alma también necesita del agua que Dios ofrece y es para vida eterna. La palabra de Dios y los Sacramentos son el agua que es dada a aquellos que aceptan a Jesús. Todo esto Dios lo ofrece gratuitamente, por amor. Ningún ser humano puede obtener esta agua por mérito propio. Es por gracia.
Y hasta que Cristo retorne, seguimos “peregrinando en un desierto”, pero al igual que en ese entonces, Dios se encarga de darnos las fuerzas para seguir y no quedar en el camino. Dios nos provee lo necesario para que podamos vivir.