Junto a los fieles en “Monte Hermoso”

Con mucha alegría se vivió el domingo 15 de febrero la visita del Apóstol Norberto Pablo Bianchi a la pequeña comunidad de esta ciudad balnearia, ubicada en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, cuyas amplias playas inspiraron la frase “Donde el sol sale y se oculta en el mar”.

Acompañaron al Apóstol, los Evangelistas de Distrito Juan Carlos Rapetti (Bahía Blanca) y Luis Munafó (Punta Alta).
Durante muchos años los fieles residentes en la ciudad de Monte Hermoso y los que ocasionalmente la visitaban, se reunían en una Escuela de Enseñanza Media, hasta que el mismo Apóstol consagró la pequeña comunidad el 7 de julio de 2013. Ahora, al anunciarse un par de semanas antes la visita del Apóstol, su capacidad se vio colmada por los hermanos residentes que pudieron asistir a pesar de estar en plena temporada de trabajo turístico, sumados a los numerosos fieles provenientes de distintos puntos del país y de las cercanas comunidades de Bahía Blanca, Coronel Suárez, Coronel Dorrego y Punta Alta que habitualmente visitan en verano sus playas.
El Apóstol tomó el texto de Mateo 14:27-29 y, entre otros conceptos, destacó la importancia de dejarse tomar de la mano por el Señor. Recordó una experiencia al comenzar los estudios secundarios, siendo un adolescente: estaba parado frente a una transitada avenida y al sentir la mano de su padre que lo tomaba del brazo para ayudarle a cruzar, él con un gesto le apartó la mano. Y dijo: “Cuantas veces hoy quisiera sentir la mano de mi padre tomándome del brazo...”, llevando este ejemplo luego a una reflexión espiritual.
Antes de la finalización del Servicio Divino, el Apóstol encomendó la atención de la comunidad al Primer Pastor Miguel A. Alabisi, residente en Coronel Dorrego (distante 40 km), quien junto a los Pastores y Diáconos de esa comunidad atenderán a partir de ahora la comunidad de Monte Hermoso. Históricamente esta comunidad, desde sus comienzos a principios de la década del 70, fue atendida por siervos provenientes de comunidades de la ciudad de Punta Alta distante casi 100 km.
Finalizado el Servicio Divino, el Apóstol se despidió de la concurrencia, 64 en total, compartiendo la alegría de poder saludarse personalmente.