Seguir en el camino

Jueves 13/01/2022

El sábado 8 y domingo 9 de enero de 2022, las comunidades de La Paz y Estanzuela (Uruguay) compartieron un Servicio Divino junto al Apóstol Herman Ernst. En cada uno de los encuentros celebrados se vivieron horas de alegría, que reseñamos brevemente a continuación.


Vivir conforme a nuestra fe

En Uruguay, el pueblo de Villa La Paz es también conocido como Colonia Piamontesa. La pequeña localidad está situada en la zona este del Departamento de Colonia y fue fundada el 17 de octubre de 1858 por un grupo de colonos valdenses. La congregación nuevoapostólica está activa en esta ciudad desde el 25 de febrero de 1940.

El sábado 8 de enero, La Paz recibió la visita del Apóstol Herman Ernst. El texto bíblico tomado para el desarrollo de la prédica fue Zacarías 2: 10. El aporte del coro, con el himno inicial que expresaba el sentir “yo me entrego a ti”, llevaba al Apóstol a compartir una primera reflexión: “¿Hasta dónde estamos dispuestos a entregarnos al Señor?”, preguntaba el siervo. De inmediato llegaría la respuesta: “Queremos vivir conforme a lo que creemos y a la fe que profesamos. Confiamos en Jesús, en su Iglesia y aquí nos quedamos. No es algo sencillo, pero debemos hacerlo con el firme propósito de serle fiel hasta nuestro fin”.

Sobre el final del Servicio Divino, el Apóstol invitó a cada hermano y hermana de La Paz a seguir transitando el camino que Jesús trazó, “no por tradición ni costumbre, sino con total determinación”, fue la exhortación.

Alegría que permanece

Al día siguiente, el Apóstol Ernst ofició en Estanzuela, otra de las comunidades nuevoapostólicas ubicadas en el Departamento de Colonia. El 27 de agosto de este año esta iglesia celebrará su 50º aniversario.

La palabra del día estuvo basada en Mateo 7: 28-29: “Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”.

En los primeros minutos, el Apóstol hizo hincapié en que Jesús vino a la tierra con autoridad divina y que su misión fue mostrar que su Padre es un Dios de amor. Asimismo, el Señor desea que podamos anunciar lo que vivimos en su casa y, “para lograrlo, nuestra alegría debe permanecer, a pesar de las circunstancias que nos toquen vivir”, expresó el siervo.

Las sonrisas se percibían detrás de las mascarillas al término de la hora y ahora era el momento de regresar al hogar, compartiendo allí también lo vivido en la comunidad.

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