Lunes 22/11/2021
Este domingo 21 de noviembre de 2021, el Servicio Divino de palabra fue realizado por el Apóstol Herman Ernst. Estuvo acompañado en el servir por el Evangelista de Distrito José Clark.
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Servicio Divino de palabra – 21 de noviembre de 2021
Tema: Esperanza de futuro
El nuevo cuerpo
Texto bíblico: 1 Corintios 15:40-42: "Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.”
Mensaje: Creemos en la resurrección de los muertos y en la vida eterna en comunión con el trino Dios.
“Es una alegría poder compartir esta hora junto a ustedes, en esta gran comunidad que se conforma no solo a partir del altar visible, sino también a través del altar invisible, donde sabemos que Dios se dedica a cada uno de sus hijos. Nuestro Padre celestial hoy quiere colocar delante nuestro algo hermoso, un pequeño anticipo de todo lo que nos espera”, expresó el Apóstol Ernst al inicio de la hora.
La fe en la resurrección es elemental
“Anunciar el regreso de Cristo para algunas personas puede ser difícil de creer”, señaló el Apóstol. Lo mismo sucede con la fe en una vida después de la muerte. Desde tiempos antiguos fue puesta en duda. De hecho Cristo vivió cuestionamientos al respecto (Mateo 22:23-33). No es una sorpresa entonces que el Apóstol Pablo (autor de la carta a los Corintios) también tuviera que pasar por lo mismo. “A nosotros podrían sucedernos cosas similares, pero Dios quiere que podamos elevar nuestra mirada y confiar en Él”, subrayó el siervo.
La fe cristiana sin la creencia en la resurrección y la vida eterna pierde su fuerza y fundamento. “Si esto fuese así, el Evangelio sería una negación en sí mismo. A lo sumo serviría como un conjunto de normas con buenas intenciones. Sin embargo, sabemos muy bien que el Evangelio es palabra de vida eterna”, destacó el Apóstol.
Jesús, la Primicia de la resurrección
Luego de su muerte en la cruz, Jesucristo regresó a la vida, pero no como en su anterior existencia terrenal. A diferencia de Lázaro, que había vuelto a vivir en las mismas condiciones que ya tenía antes, Cristo ahora tenía un cuerpo de resurrección. Si bien su cuerpo se podía tocar, no estaba sujeto a las leyes naturales (Catecismo INA 3.4.11.3).
Aquellos que experimenten la resurrección llevarán un cuerpo de resurrección similar a aquel de Cristo. Será totalmente diferente al que llevamos ahora. Esto se aleja de cualquier imaginación o especulación humana.
La alentadora esperanza en el futuro
“Qué hermoso que hoy el Padre celestial nos muestre esto. Podemos sentir un poquito lo que nos espera. Esto es una fuente de aliento y esperanza. Nos da fuerzas y renovado ánimo. ¡El Señor viene y estaremos por siempre con Él! Que este gozo y esperanza que tenemos nos ayude a confesarlo y vivir cada día mirando más allá de las luchas que nos toque pasar. No nos detengamos y tomemos la mejor decisión. Sigamos a Cristo siempre, para que cuando venga a buscarnos podamos ser transfigurados y vivir ese milagro del cielo. Lo que nos espera es maravilloso, solo es cuestión de poner manos a la obra”, exhortó el Apóstol sobre el final de su prédica.
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