Martes 14/09/2021
Este domingo el Servicio Divino de palabra fue realizado por el Apóstol Guillermo Canessa. Estuvo acompañado por el Obispo Fernando Altare.
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Servicio Divino de palabra – domingo 12 de septiembre de 2021
Tema: Elementos de la fe
Evangelio no adulterado
Texto bíblico: 1 Pedro 2:2-3: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor.”
Mensaje: Anhelamos la palabra de Dios.
Vida nueva proveniente de Dios
El Padre celestial desea alimentar nuestra alma de una determinada manera. Él nos obsequió una nueva vida a través del renacimiento de agua y Espíritu, la cual está capacitada para poder resistir al maligno y heredar la gloria.
Sin embargo, para transitar el camino que nos lleva a la patria celestial vamos a necesitar ánimo y nuevas fuerzas. Dios se ocupa de darnos todo lo necesario para que podamos conseguirlo. No obstante, es decisión propia desarrollar nuestra alma con los cuidados necesarios y el alimento correspondiente.
“Hoy vamos a oír cómo podemos nutrir la vida espiritual. También conoceremos qué es lo fundamental para el crecimiento de nuestra alma”, dijo el Apóstol al inicio de la hora.
¿Qué es lo que daña a la vida divina?
“Desechar lo que le hace daño a nuestra alma es una lucha continua”, manifestó el Apóstol. Actualmente el ser humano está desbordado de información que le llega desde distintos puntos. “Pero no debemos prestar atención a todo lo que se nos dice, porque esto podría no solo llenar el entendimiento, sino también el corazón”, mencionó el siervo.
Por lo tanto, debemos ser capaces de distinguir una cosa de la otra. Una simple pregunta puede ayudarnos en esta tarea: ¿Este pensamiento me acerca más a Cristo o me aparta de Él? “La respuesta que obtengamos nos permitirá saber si algo nos ayuda a crecer espiritualmente o nos hace perder en nuestros propios pensamientos”, agregó el Apóstol.
Absorber alimento espiritual
El alimento para desarrollar nuestra vida espiritual es la palabra de Dios. Ella nos ayuda a diferenciar lo bueno de lo malo. El texto bíblico la compara con “leche no adulterada”. El Evangelio de Cristo debe ser tomado tal como es y no necesita ningún tipo de agregado.
“Pero ¿cómo puede adulterarse el Evangelio?”, preguntaba el Apóstol. “Cuando mezclamos la palabra que recibimos con el razonamiento humano o cuando dejamos que nuestra fe se confunda con cosas materiales”, respondió a continuación.
“No hay mejor alimento para el hijo de Dios que la palabra genuina del Evangelio de Cristo que recibimos cada vez que estamos en la iglesia”, agregó luego. Si tomamos de este alimento, entonces estaremos yendo en la dirección correcta, encaminados hacia el día de Jesucristo.
Desear la palabra
También es fundamental poder anhelar la palabra de Dios, “este el primer punto en nuestra vida”, resaltó el Apóstol. Como conocemos la benignidad del Señor, deseamos recibir su palabra, que no busca someternos, sino liberarnos del maligno. Asimismo, trae claridad espiritual, fortalece el alma y brinda paz al corazón.
“Queremos crecer en Cristo y por eso también anhelamos su palabra”, manifestó el Apóstol. Ella nos permite resistir mejor a las tentaciones, nos acerca a la imagen de Jesús y nos permite además ser de ayuda para la salvación de nuestro prójimo. “El Evangelio de Cristo es perfecto y nos da todo para la vida”, afirmó el siervo antes del final de la hora.
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