Lunes 30/08/2021
El Servicio Divino de palabra transmitido este domingo fue presidido por el Apóstol Claudio González, acompañado en el servir por el Evangelista de Distrito Oscar Annoni. Compartimos un resumen.
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Servicio Divino de palabra – domingo 29 de agosto de 2021
Quinto domingo – La buena nueva
El retorno de Cristo
Texto bíblico: 1 Tesalonicenses 5:9-10: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.”
Mensaje: Esperamos el retorno de Cristo con alegría.
“Queremos esperar a Cristo y hacerlo con alegría”, expresaba el Apóstol sobre el comienzo de la hora, dejando en claro el mensaje para este día. “No todas las esperas son iguales”, agregaba, profundizando cómo es nuestra espera del retorno de Cristo. Al Señor lo esperamos con alegría porque sabemos que fue a prepararnos una morada y eso es porque somos importantes para Él. Entonces nosotros vamos a mostrar en nuestra preparación que Él también es importante para nosotros.
El texto bíblico es parte de una carta del Apóstol Pablo a la comunidad de Tesalónica, que tenía una preocupación: si aquellos que morían tendrían la gracia de ser redimidos en el retorno de Cristo. Entonces Pablo los consuela y reconforta, diciéndoles que los vivos y los
muertos (los “que velemos, o que durmamos”) que creen en Cristo alcanzarán la salvación. Para los seres humanos, la muerte es no vernos más. Pero Dios sigue viendo a aquellas almas, porque Dios es vida.
Vivimos esperando a Cristo, esperando su retorno y nos preparamos recibiendo su palabra que nos edifica, nos trae paz y nos ayuda a alcanzar su imagen.
Cuando Cristo ascendió, dos ángeles preguntaron a los discípulos por qué estaban mirando al cielo. Cristo volvería a venir. Allí comprendieron su misión de llevar el Evangelio y bautizar a todas las naciones. Hoy, ¿hacia dónde miramos? Arriba y adelante está nuestro futuro. Pero no nos quedamos “mirando al cielo” sino que trabajamos para alcanzar la salvación del alma.
Como dice el Apóstol Pablo, fuimos llamados para alcanzar la salvación, la comunión eterna con Dios. La gracia de Dios y el sacrificio de Jesucristo lo hacen posible. Dios nos da todo lo necesario. Todos los días podemos vivir un hecho de fe, una oración atendida y, ante todo, una oración escuchada.
Si fijamos nuestra mirada en el retorno de Cristo, el camino será de alegría. Su retorno nos tiene que cambiar el eje, darle una dirección a nuestra vida. Todo gira en torno a esa espera. La meta de nuestra fe no anula todo lo que deseamos y planificamos día a día, pero eso no debe desenfocar la venida del Señor. Entonces todos los días tengo que ver cómo estoy.
Para prepararnos, miramos tres puntos:
-Nuestra fieldad: Se trata de seguir constantemente a alguien, con el corazón. Seguimos a Cristo. La fieldad es hija del amor. Y cuando uno es fiel, es creíble. ¿Podemos ser fieles a Dios? Que nos ama, que nos ha dado el mundo, la razón y de su propia esencia. Nuestra fieldad tiene que ser completa, no en parte. No alcanza con un poco de fieldad.
-Ser diligentes: Nos enfocamos en un objetivo y luego obramos en consecuencia. ¿Somos diligentes con lo que Dios nos pide? Seamos diligentes en perdonar, en llevar el Evangelio, en buscar la comunión, con Dios y entre nosotros. Queremos trabajar y ayudar.
-Llevar una vida acorde al Evangelio: Nos decidimos por Cristo cada día y nos enfocamos en Él.
¡Que nuestra espera y preparación para su retorno sea constante, día a día y con alegría!
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