Pascua: "La resurrección de Jesús"

Lunes 05/04/2021

Compartimos un resumen del Servicio Divino de palabra oficiado en el Domingo de Pascua por el Apóstol de Distrito Enrique Minio. Lo acompañó en el servir el Apóstol Jorge Franco.


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Servicio Divino de palabra – Domingo de Pascua 04 de abril de 2021

La resurrección de Jesús

Texto bíblico:
1 Corintios 15: 20: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho”.

Lectura de la Biblia: 1 Corintios 15: 3-8 y 20-28

Mensaje: Creemos en la resurrección de los muertos.

“Amadas hermanas y amados hermanos en el Señor, en esta fiesta tan especial también el deseo de que nuestras almas puedan sentirse muy, pero muy cordialmente bienvenidas al altar del Señor. Reciban el corazón y los saludos de nuestro Apóstol Mayor para todos ustedes”. Con estas palabras el Apóstol de Distrito Minio daba la bienvenida en la hora del Servicio Divino de Pascua.

Esta es la segunda fiesta de Pascua que nos toca vivir bajo las condiciones de la pandemia. “Pero como nuestro Apóstol Mayor nos ha enseñado -expresaba el Apóstol de Distrito- habrán cambiado nuestros planes… sin embargo, los planes de Dios continúan. El Señor viene y quiere prepararnos para que cada uno de nosotros pueda esperarlo cotidianamente”.

La importancia de la resurrección
Cuando Cristo resucitó, los judíos intentaron negar su resurrección y este pensamiento se mantuvo a través del tiempo. El Apóstol Pablo aquí escribía a los corintios para reforzar todo lo que implicaba la resurrección de Cristo.

Jesús había enseñado que la ley mosaica no necesariamente era garantía de la salvación, de la vida eterna junto al Padre. Había que cambiar la posición del corazón. Esto iba en contra de algunos intereses que ellos tenían. También les pedía que dejaran de lado su honor, su posición y que se dedicaran a servir a los hombres, que fundamentaran su servir en el amor a Dios y al prójimo. Esto también quedaba por fuera de lo que esperaban. Jesús incluso llegó a ir en contra de algunas costumbres de la época.
Quizás no de la misma manera, pero hoy también podría ocurrir que se le dé menor importancia a la resurrección de Cristo en la vida de su Iglesia. Entonces Dios quiere llevarnos al reconocimiento de lo que esto verdaderamente implica.

La resurrección: triunfo de Cristo
Los primeros Apóstoles sintieron una gran alegría cuando pudieron encontrarse con Cristo resucitado. Pudieron comprobar que su promesa se cumplía. Entendieron sus palabras, experimentaron la omnipotencia de Dios y comprobaron que el bien había vencido al mal.
Esa manifestación de Cristo, quien había luchado y sufrido hasta la cruz, se transformaba ahora en un triunfo.
Y nosotros también, como hijos de Dios, como cristianos apostólicos, esperamos ese triunfo. Vivimos en un tiempo difícil, en una Iglesia que lucha. Y cuando hablamos de Iglesia, hablamos de cada uno de nosotros, como almas, como pertenecientes a esa Iglesia de Cristo y a la Obra redentora del Señor. En esa lucha y en esos sufrimientos, Dios nos dice: “Yo estoy con vosotros, yo quiero ayudar”.
Queremos transitar este camino tomados de la mano del Padre y volver a disfrutar esta fiesta de Pascua, sabiendo que en la Resurrección del Señor estará la resurrección de los muertos y en ello, la promesa para cada uno de nosotros. “Cristo es nuestro futuro” y hacia Él queremos mirar.

Nuestra resurrección
Y confiar en ello. Porque Cristo no solo entregó su vida en la cruz por nosotros, resucitó y preparó el camino, sino que además nos tiene preparado algo maravilloso. La resurrección es parte del plan de redención en nuestra vida.

Dios desea que podamos prepararnos en este tiempo y que en esta fiesta de Pascua podamos vivir plenamente que Cristo es el camino, la verdad y la vida, y que su resurrección es parte de nuestra resurrección, es parte del camino que haya preparado. Él fue el primero, está junto al Padre y nos está invitando a cada uno de nosotros a que podamos creer en la resurrección de los muertos. Que no tomemos esto como un simbolismo. Desde ya que nunca lo hemos vivido y se nos hace muy difícil entenderlo en nuestra mente. Pero podemos creerlo en nuestro corazón. Que así también podamos manifestarlo, podamos transmitirlo, porque esta es la misión que ha sido dada a los Apóstoles: el poder manifestar del Evangelio y la resurrección de Cristo, la promesa de su retorno y la resurrección de los muertos.
Queremos creer en esa resurrección y también llevar este testimonio a todos los que nos rodean.
El deseo que cuando sea el cumplimiento de la promesa, todos podamos estar. Que ninguno quede atrás. Que todos podamos vivir como dignos ese hermoso día. Desde ya que estará la maravillosa gracia del Padre en nuestra vida y Él quiere ayudarnos a que podamos seguir adelante. Cristo vive y nosotros también queremos vivir.

Que en este tiempo cada uno de nosotros podamos seguir tomados de la mano del Padre. Que cada uno de nosotros pueda llevar una ayuda allí donde sea posible. Que podamos orar unos por otros, sabiendo que el Señor viene y que todos queremos alcanzar ese día como dignos. No queremos olvidar a nadie, queremos llevar a cada hermano y a cada hermana en el corazón. Y que el Señor nos permita disfrutar también que es mucho más bienaventurado dar que recibir.

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