La institución de la Santa Cena

Lunes 22/03/2021

Compartimos un resumen del Servicio Divino del domingo 21 de marzo, presidido por el Apóstol Gerardo Zanotti. Lo acompañó en el servir el Anciano de Distrito Jorge Segarra.


Para descargar el resumen en formato PDF, hacer clic en: Resumen

Aquí podrán acceder a los extractos en Audio y Video

Servicio Divino de palabra – 21 de marzo de 2021

La institución de la Santa Cena

Texto bíblico:
Salmos 111: 4-5: “Ha hecho memorables sus maravillas; clemente y misericordioso es Jehová. Ha dado alimento a los que le temen; para siempre se acordará de su pacto.”

Mensaje: La Santa Cena es una de las maravillas de Dios.

Para poder sentir la presencia de Dios, es necesario que tengamos todos los sentidos -no solamente los materiales, sino también los espirituales- lo suficientemente sensibles, despiertos. Para así percibir la presencia de Dios en la comunión de sus hijos, en la palabra, en el ministerio de Apóstol y también en la Santa Cena, que es el tema de este Servicio Divino.

La Santa Cena es una de las maravillas de Dios. Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento se hace referencia a los hechos de la Santa Cena. El sacrificio de Cristo había sido ya anunciado por Moisés, por los salmistas y profetas. Y es el caso de este salmo que hoy hemos leído.

En su primer versículo habla del agradecimiento y alabanza a Dios. La Santa Cena también se denomina eucaristía, que quiere decir agradecimiento. Pero este texto dice “en la compañía y congregación de los rectos”: la Santa Cena se vive en la comunidad, en la comunión.

Porque nuestra vida se prolonga en la vida de nuestro prójimo. Y como pueblo de Dios vivimos en la comunión los unos con los otros, creyendo y sintiendo lo mismo, esperando la misma promesa. Todos venimos de distintos lugares, de distinta educación o formación, distintas familias; pero a todos nos unió el amor de Dios.
Entonces el sacrificio de Cristo primeramente lo vivimos en comunión, en la comunidad y con agradecimiento.

Porque no se trata de algo que pasó hace mucho tiempo y en otro lugar. Debemos ser capaces de vincular la palabra de Dios con nuestra vida, con las cosas que nos pasan. Ver de qué manera Jesús resolvía las situaciones que se le presentaban. Su palabra producía multiplicidad de efectos sobre las personas y sobre su comportamiento.
Asimismo cuando el Señor perdona, nos dice como a aquella mujer adúltera que era acusada: Vete y no peques más. Nos perdona y nos pide que no lo hagamos más. Dios el Padre envió al Hijo entre los hombres para alcanzarles la posibilidad de la redención y del perdón.

También cuando se consagra la Santa Cena nos recordamos de su sacrificio. Es una cena de conmemoración, pero no solo porque tenemos memoria de ello sino porque sus efectos perduran. Cuando participamos de la Santa Cena, Cristo está presente. Es decir, no festejamos una presencia pasada sino que está ahí, es el cuerpo y la sangre de Jesús que se agregan a las sustancias materiales del pan y vino.

El sacrificio de Cristo es la puerta para la redención del ser humano caído en el pecado. Por eso la Santa Cena es el punto más alto del Servicio Divino. Cuando podemos tener comunión con Cristo queremos sumergirnos en la gracia que constituye la Santa Cena, esa maravilla de Dios.

Entonces no solo no nos quedamos atados al pasado sino que además miramos hacia el futuro.
Porque ha dicho el Señor, “el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:54).

También la Santa Cena es una cena de confesión: al tomarla confesamos nuestra fe en el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, en su muerte y en su resurrección.
Entonces no es un hecho litúrgico, algo que simplemente pasa dentro del curso de un Servicio Divino sino que es el instante, el punto más alto, cuando podemos tener comunión con Cristo.

Por la Santa Cena recibimos el alimento espiritual que nos ayuda y nos da fuerzas para seguir, para que se vaya realizando ese proceso de alcanzar la libertad en Cristo. Lo que allí recibimos no lo podemos adquirir ni conseguir por nuestra cuenta, es dado por gracia. La Santa Cena nos muestra que dependemos de Dios y de su gracia. Nadie nos puede liberar del pecado sino Jesucristo.

En la Santa Cena nos vinculamos a Jesucristo, en su muerte y en su sufrimiento, pero también en su promesa de redención.
Y finalmente, ese instante de comunión es además un anticipo de la eterna comunión con el Padre.
¡Que podamos ir instalando estas cosas en nuestro corazón!

GALERÍA
MÁS NOTICIAS

Cuarto domingo | Jesús, el Señor

Domingo 28/04/2024

Agradecimiento

Miércoles 24/04/2024

Servicio Divino de entresemana

Miércoles 24/04/2024

Cristo gobierna en la Iglesia y en nuestro corazón

Lunes 22/04/2024

Servicios Divinos en la Mesopotamia

Viernes 19/04/2024

Junto al Apóstol en Tucumán

Jueves 18/04/2024
VER TODAS