Aumentar la fe

Lunes 25/01/2021

El Servicio Divino del domingo 24 de enero fue presidido por el Apóstol Guillermo Canessa, acompañado en el servir por el Evangelista de Distrito José Luis Navarro.


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Servicio Divino de palabra – 24 de enero de 2021?

Aumentar la fe

Texto bíblico: Lc. 17: 5: “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.”

Mensaje: El Señor da la fe y la aumenta en quienes se lo piden.

Una vez más nuestro Padre nos regala una palabra, un mensaje para que guardemos en el corazón y podamos ir transitando el camino hacia nuestra meta de la fe, que es el punto esencial de nuestra vida, el objetivo que no queremos perder.

Ese objetivo es la vida eterna junto a nuestro Padre, en comunión. Algo que no entra en nuestro razonamiento, pero sí lo podemos aceptar en la fe.

El Señor da fe y la aumenta en quienes se la piden. No es algo que el ser humano pueda lograr por sus propios medios. La fe es un regalo de Dios y permite tener una relación permanente con Él.
La fe se acrecienta a través de algunos puntos esenciales.
Uno es la confianza. ¿Cuántas veces tenemos preocupaciones, angustias, pensamientos? Y le tenemos que pedir a Dios: auméntanos la fe.
En esos momentos donde la tempestad azota, donde las luchas, las circunstancias de nuestra vida cotidiana vienen a nosotros, a veces hasta pensamos: ¿cómo salgo de esto? Solamente Cristo puede ayudarnos a ver con claridad y esa relación permanente con Dios. El Señor está a nuestro lado siempre.
A veces parece que el Señor no nos presta atención. Tenemos que vivir alguna situación que no es agradable, en nuestra vida de relación, en el trabajo, en la salud, en el estudio. Se desatan "tempestades" como la que enfrentaron los discípulos en la barca. El Señor dormía y lo fueron a despertar. Dormía, pero estaba allí. No abandonó la barca. ¿A quién recurrimos en una lucha o circunstancia, cuando ocurre algo que tal vez no esperábamos?

Cuando ocurren estas cosas, estas "tempestades", no queremos dejar volar el pensamiento. A veces un pensamiento no solo nos ata sino que nos hace perder la paz, la alegría, la esperanza, la confianza. Dios nos llama a su casa y nos regala una palabra para que podamos aprender qué hacer en esos momentos. Entonces pedimos: Señor, auméntanos la fe.

A veces nos alejamos del Señor. Tenemos nuestra vida, nuestras situaciones, nuestros pensamientos, nuestro razonamiento, nuestra forma de ser. Y nos alejamos de aquello que nos lleva a estar en comunión.
El Señor se acerca a nosotros y nos enseña. Entonces nos habla y lo reconocemos, como aquellos dos discípulos que iban hacia Emaús.
La fe es fundamental para nuestra vida, porque traspone nuestro razonamiento, nuestro intelecto, es decir, llega mucho más allá.
Dice en la Escritura que sin fe es imposible agradar a Dios. Dios nos regala la fe y nosotros la tenemos que multiplicar.
¿Cómo lo hacemos? Pidiéndole a Cristo: Señor, acrecienta nuestra fe. A través de la oración, de esa comunión y comunicación perfecta que podemos tener con nuestro Padre. Le pedimos que, en su altar, su palabra pueda ayudarnos a vivir espiritualmente y que aumente nuestra fe.
La fe viene por el oír de la palabra. Entonces queremos prestarle atención.
Podemos hablar con nuestro Padre, el Creador de todas las cosas. Tener una vida de oración plena.
El orar es el respirar del alma. Tenemos que hablar más con Dios. Y pedirle: ayuda mi incredulidad.
Muchas veces somos incrédulos, tenemos dudas, como los discípulos.

La fe aumenta a través de la oración y del Evangelio de Cristo. Y es algo que podemos compartir también en conversaciones sanas, agradables, sin fanatismo, con naturalidad.
Queremos ser hijos de Dios allí donde estemos, en permanente comunión con nuestro Padre.
Y si nos alejamos, volvamos al Señor.
La fe, luego genera obras. ¿Cómo obramos? Queremos hacerlo en base a lo que Cristo nos enseña: obrar con misericordia, con amor, así como Cristo lo hizo con nosotros.
Nuestra fe aumenta también cuando aceptamos el perdón con arrepentimiento, cuando podemos creer que el Señor perdona nuestras deudas y luego podemos tomar la comunión con Cristo, la Santa Cena.
Son esos puntos que necesitamos. La comunión con otros cristianos también fomenta la fe.

Llevemos nuestra fe con alegría, porque también tenemos que vivir esto dentro de la Iglesia. Nos tenemos que ayudar todos. Es la Iglesia de Cristo. Y cada uno de nosotros somos mensajeros. Dios nos eligió para eso.
Miremos al punto de encuentro, que es nuestro Señor. Miremos al día en que Cristo volverá a buscarnos como aquella comunidad que se preparó para vivir eternamente con Dios.

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