Ser preparadores del camino

Lunes 14/12/2020

El Servicio Divino del domingo 13 de diciembre fue presidido por el Apóstol Guillermo Canessa, acompañado en el servir por el Anciano de Distrito Jorge Segarra. Compartimos un resumen de la prédica.


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Servicio Divino de palabra – domingo 13 de diciembre de 2020

Tercer Adviento

Tema: El Señor que viene

Ser preparadores del camino

Texto bíblico:
Juan 1:15: “Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.”

Mensaje: Preparamos el camino para el Señor.

Con alegría nuevamente tenemos esta oportunidad que Dios nos regala, estos momentos gratos que podemos vivir a los pies del altar. “No tenemos que acostumbrarnos”, expresaba el Apóstol y profundizaba: “Tenemos que valorar este encuentro y prepararnos para ello”. Sabemos que no es lo mismo que compartir el Servicio Divino con la comunidad, “pero es lo que Dios nos permite vivir en este tiempo. Queremos aceptarlo”. Esta es la forma en que hoy podemos estar cerca de su palabra. “Esa palabra siempre tiene un mensaje que Dios nos regala”, manifestaba el Apóstol, para luego dar lugar al desarrollo del texto del día.
Preparar el camino: La luz de Cristo
Juan el Bautista anunciaba y colocaba las bases de lo que Cristo traería a la humanidad: la salvación. Es decir, preparaba el camino del Señor. Esta tarea hoy nos toca a nosotros. Como pueblo de Dios, por elección divina, tenemos el compromiso de preparar el camino para que todos podamos llegar a esa meta eterna que estamos esperando.
Juan anunciaba algo que aún no había sido visto sobre la tierra, la luz verdadera que vendría: Cristo. Hoy también nosotros tenemos esa tarea como pueblo de Dios. Pero primero necesitamos poder creer, vivir esa fe infantil. Y no se trata de creer solamente en el Cristo que estuvo sobre la tierra sino también en el Cristo resucitado, que vendrá a buscar a su pueblo. Entonces nos preguntamos: ¿Espero a Cristo?
Dios nos ama y nos prometió una eternidad en gloria junto a Él. Nos pide llevar esta promesa, esta luz y claridad del Evangelio, a todos los seres humanos.
Servir, ya hoy
El Señor vino para servir y nos enseñó cómo hacerlo. Como cuando lavó los pies a sus discípulos. Cristo es el ejemplo. En la casa de Dios aprendemos a servir, para luego poder servir también junto a Cristo en el milenio de paz. Entonces queremos primero trabajar en nuestra propia alma. Que nada ni nadie nos quite la fe, un tesoro invaluable que nos permite tener claridad y preparar el camino de Cristo.
Por eso queremos reflexionar: ¿Espero a Cristo, lo anuncio, lo llevo en mi corazón? Como creemos que Cristo ha de venir, preparamos su camino. Por amor al prójimo, con el mismo amor de Dios, lo invitamos y damos testimonio de Cristo. Y lo hacemos con alegría, confiando plenamente.

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