"El Rey justo" - Resumen del Servicio Divino

Lunes 30/11/2020

El 29 de noviembre se celebró el Primer domingo de Adviento 2020. El Servicio Divino por transmisión a los países de habla hispana fue presidido por el Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por el Anciano de Distrito Gustavo Platero.


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Servicio Divino de palabra – domingo 29 de noviembre de 2020

Primer Adviento

Tema:
El Señor que vendrá: el anuncio

El Rey justo

Texto bíblico:
Jeremías 23: 5: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David, renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra”.

Mensaje: El Espíritu Santo nos da reconocimiento del plan de salvación.

La palabra Adviento significa esperar aquello que viene. Trae la esperanza por lo que sucederá. Dentro de unas semanas festejaremos el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero para nosotros el Adviento implica también la reflexión de todo aquello que Dios nos ha prometido. El Adviento trae esperanza y el cumplimiento de una promesa.
Dios ya a los primeros seres humanos les prometió que enviaría al Redentor. A lo largo de la historia, todas las promesas que Dios hizo, se cumplieron. Porque Dios lo que dice, lo hace. Dios cumple sus promesas.
El texto de hoy contiene la promesa de que enviaría a Jesucristo a la tierra. Esa promesa se cumplió, pero quizás de una manera que el mundo en aquel momento no esperaba. Un Rey que nació en la pobreza y que no vino a redimir al pueblo de la opresión romana, sino a redimir del pecado a toda la humanidad, venciendo al pecado y a la muerte. Entonces nosotros, a través de su victoria, podemos mirar hacia lo que Dios ha prometido. Cristo mismo es el camino para alcanzarlo.
Hoy entonces queremos reflexionar sobre la promesa que Dios nos ha dado: ¡el Señor viene! Es algo inentendible para nuestra mente, pero queremos darle lugar para que pueda ser entendible en nuestro corazón, con nuestra fe.
Luego de que se cumpla su promesa, llegará también el milenario reino de paz, donde cada ser humano podrá recibir el testimonio del Evangelio. Ese Rey justo llevará su mensaje de justicia, sin obligar a nadie sino, al igual que hoy, como un mensaje de amor.
Es un desafío cotidiano prepararnos para ese día. Queremos mirar hacia ese día, imaginarlo, trabajar en nuestro corazón esa promesa. El Señor viene y queremos participar como dignos de ese día. Esto llevará a que se renueve en nosotros la esperanza, la confianza, la alegría, el deseo de poder servir al Señor, de buscar el camino para crecer cada día hacia su imagen. El deseo de acercarnos para estar bajo su palabra, para tener comunión con Cristo, para buscar el perdón y perdonar, el deseo de servir a Dios y al prójimo con alegría.
Y entonces, si podemos transitar el camino de la promesa, buscaremos también que se desarrollen en nosotros, a través del Espíritu Santo, todos los dones necesarios: buscaremos vivir en el amor, en la paz del Señor Jesucristo, más allá de todo lo que nos toca vivir en este tiempo tan especial.
Testifiquemos a Dios, llevemos el Evangelio, como dice nuestra Misión. Seamos libres en Cristo: libres del pecado, libres para decidir por nosotros mismos. Libres para amar, para perdonar, para servir y para profesar a Dios. Porque esta enseñanza que nos fue colocada a principio de año, con el lema “Cristo nos hace libres”, aún se mantiene en este tiempo de Adviento. Y podremos ser libres para esperar a Cristo cada día de nuestra vida.
Que el Espíritu Santo pueda fortalecer el sentimiento de la espera y que nos decidamos una y otra vez por querer alcanzar el día del Señor, en la certeza de que todas las promesas, Dios las cumple.
Y que en este tiempo de Adviento todos podamos tener un corazón lleno de amor, de misericordia, de compasión, de ayuda, de oración y de tender una mano a todos aquellos que lo necesitan. Entonces podremos ser testimonio de la Obra de Dios.
¡Que en estos tiempos podamos vivir muchas, pero muchas alegrías y muchas bendiciones!

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