¡Seguimos aprendiendo!

El momento actual requirió nuevas modalidades de enseñanza. Quienes llevan adelante esta tarea en la INA Sud América nos cuentan cómo están viviendo la experiencia.

Al igual que los Servicios Divinos, también las clases de enseñanza de religión debieron adoptar nuevas formas para seguir llegando a cada niño con las actividades y para mantener el contacto con sus docentes y siervos.
Así, donde fue posible, se implementaron clases virtuales, con videollamadas a través de Internet. Ahora podían verse a la distancia y seguir aprendiendo.
En la preescuela y escuela dominical, en general los encuentros se plantearon semanalmente y por comunidad. En la escuela de religión y Año de Confirmación, comenzaron de manera quincenal o semanal, según las posibilidades de cada lugar, y en muchos casos por distrito.

Los docentes cuentan
“Recibieron con mucha alegría y entusiasmo los vídeos, las actividades y los cantitos. Se pudo generar un lindo vínculo entre maestros y niños”, cuenta Mariana, coordinadora en uno de los distritos. También Deborah comenta: “Nos hemos acercado a familias no concurrentes gracias a esta hermosa tarea”.
Verónica destaca justamente la participación de todos: “La virtualidad involucró a las familias. Participan todos. Se suman abuelas y abuelos. En este sentido, el aislamiento acortó algunas distancias”.

Nuevas propuestas
Mariela relata que, para Pentecostés, junto al Pastor dirigente (de San Francisco Solano N°4, Buenos Aires) y a la hermana Silvia, multiplicadora del distrito, “se llevó adelante una historia bíblica, acorde a la fecha, narrada por todos los maestros de la comunidad, seguida de saludos y deseos de los maestros y los siervos para los niños. Fue presentado en video y enviado con mucha alegría a las familias. Seguimos buscando las mejores maneras de llegar a cada uno”, resume.

Una clase especial
“En el Año de Confirmación tendríamos una clase abierta en donde invitamos a participar a todos los años de Escuela de Religión. Era una oportunidad para vernos y encontrarnos, pero de una manera diferente: ahora lo haríamos desde la virtualidad”, cuenta Verónica, de La Plata (Buenos Aires, Argentina). “Se movieron tantas cosas… El armado de la clase, los ruegos, mensajes. También estaba la preocupación para que la tecnología nos acompañara. Llegó el día. ¡Qué alegría! Comenzaron a conectarse todos los niños, incluso algunos que todavía no habían participado de las clases. Fue una clase especial, donde el amor nos hizo creativos. Vivimos hechos de fe y compartimos una alegría que nos llenó el corazón. Si bien estuvimos cada uno en su casa, nos encontramos todos juntos, unidos en mismo sentir.”

¿Sin conexión?
Nogoyá es una localidad de la provincia argentina de Entre Ríos. Posee una zona rural y las familias nuevoapostólicas del lugar no disponen de los medios necesarios para conectarse a Internet.
Esto preocupaba a la maestra Sandra. Su deseo era que todos pudieran recibir el material de las clases.
Entonces comenzó por hacer fotocopias de las actividades. Su esposo las entregaba en cada domicilio, siguiendo todos los protocolos permitidos. Para aquellos hogares a los que era difícil acceder, las fotocopias eran dejadas en algún almacén de la zona y luego eran retiradas por las familias.
Al principio Sandra sentía un poco de tristeza por la falta de respuesta de los niños. Pero no bajó los brazos, guiada por la enseñanza del Apóstol Mayor de que exitoso no es quien obtiene resultados sino quien hace la voluntad de Dios. Y poco a poco las cosas fueron mejorando.
Poco después las multiplicadoras le enviaron por correo el material ya impreso y también útiles escolares. Con el mismo amor, ella preparó unas cartucheras para cada niño.
Actualmente, Sandra disfruta de ver cada trabajo terminado que los niños le entregan. Aunque el instante de intercambio sea breve y siempre respetando las normas de distanciamiento requeridas, la esperan con mucha alegría y se ha logrado entablar un hermoso vínculo.

El artículo completo lo podemos leer en la edición de septiembre 2020 de nuestra revista Comunidad Regional