Agradecemos a Dios en todo

El domingo 4 de octubre, el Servicio Divino de Agradecimiento 2020 fue presidido por el Apóstol de Distrito Enrique Minio. Lo acompañó en el servir el Obispo Oscar Fernández.
Compartimos a continuación un resumen de la prédica.

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Servicio Divino de Agradecimiento – domingo 4 de octubre de 2020

Título: Agradecemos a Dios por sus bendiciones

Texto bíblico: 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”

Mensaje: Enseñados e inspirados por el Espíritu Santo, le agradecemos a Dios por sus bendiciones.

En este día tan especial, nos reunimos bajo el altar para la fiesta de agradecimiento. El Apóstol de Distrito Minio compartió de parte del Apóstol Mayor el corazón, los saludos y el deseo de abundante bendición para cada uno de nosotros. “Que podamos recibir este saludo y una muy cordial bienvenida a los pies del altar de nuestro Padre”, expresó.
Momentos después manifestaba también la seguridad de que, así como el Apóstol Mayor nos lo ha dicho, “si bien se han cancelado muchos planes, de ninguna manera se cancela el día del cumplimiento de la promesa y de ninguna manera se ha de cancelar nuestro sentir de agradecimiento hacia Dios”.

Dar gracias en todo
La palabra para este día comienza diciendo: “Dad gracias en todo”. Alguno de nosotros podría pensar: ¿Cómo voy a dar gracias por todo? ¿Cómo voy a dar gracias por situaciones de sufrimiento o circunstancias que nos tocan vivir?”. Aquí entonces quisiéramos ir a la segunda parte de este texto: “porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.
Vamos a profundizar entonces cuál es la voluntad de Dios hacia cada uno de nosotros.

Dios quiere que alcancemos salvación
Esta es la voluntad de Dios:
-que todos los seres humanos sean salvos. Para esto preparó un camino y nos pide mirar hacia Jesucristo, para que podamos desarrollar la nueva criatura espiritual a su imagen.
-que seamos santificados, por el Espíritu Santo, en su palabra.
-que tengamos un futuro en gloria.
-que llevemos el testimonio del Evangelio.
Y entonces, mirando a Cristo, observamos su agradecimiento. Cuando Lázaro había muerto, Jesús oró al Padre antes de realizar el milagro y le agradeció por escucharlo. Luego, en la última cena, sabía lo que iba a vivir y padecer, pero partió el pan dando gracias.
De aquí podemos aprender algo. El texto no dice “agradecer por todo”. Dice: “Dad gracias en todo”.
La bendición de Dios está en nuestra vida, en cada uno de los momentos que transitamos. Sea que estemos transitando momentos de alegría, de gozo, de alcanzar un proyecto, de alcanzar éxito en algo, sea que estemos transitando una circunstancia, un sufrimiento, una enfermedad, la pérdida de un ser amado. Dios está con nosotros y quiere darnos su bendición siempre.

¿Qué motivos tenemos para agradecer?
-Su creación. Miramos la naturaleza, las maravillas que nos rodean. Las disfrutamos, queremos dejarnos sorprender por la creación de Dios. Y también somos responsables de preservarlo.
-Todo lo que Dios nos brinda, cubre todas nuestras necesidades. Y nos da los dones para poder alcanzarlo.
-Su Hijo Jesucristo. En el sufrimiento, a veces solo nosotros y Dios sabemos lo que nos pasa. Pero entonces Dios envió a su Hijo, que vivió lo que nosotros vivimos. Por eso nos comprende, está cerca y nos muestra el camino. Él es nuestro modelo, en Él está toda la enseñanza, en su Evangelio, en su mandamiento de amor.
-Nos llamó para ser sus herederos y nos quiere preparar para trabajar junto a Él.
-Su Iglesia. En ella podemos vivir la comunión con Cristo y entre nosotros. Mirando a Cristo, podemos alcanzar la unidad, ser uno en Cristo.
-La gracia de Dios, que es plena. Él desea que todos sean salvos. Entonces le agradecemos por la paciencia que tiene sobre la humanidad y por el plan de salvación que ha establecido, porque permitirá que todos reciban el testimonio y tengan la oportunidad de recibir a Cristo.
Entonces, oramos unos por otros y ¡agradecemos a Dios en todo! Que el agradecimiento a Dios pueda ser también un motivo de alegría y gozo en nuestra vida de fe.

Antes de despedirse, el Apóstol de Distrito compartió su deseo para todos los hermanos y hermanas: “Es la necesidad del corazón el poder aprovechar este momento para transmitir un profundo agradecimiento por todo lo que se ha realizado hasta aquí y por todo aquello que está en el corazón, en cada detalle, en lo que vemos y en lo que no vemos. El agradecimiento a los niños, a los jóvenes, a los adultos, a los adultos mayores, en cada una de las tareas. El agradecimiento por todo aquello que hace que la Obra de Dios se pueda seguir desarrollando. Deseo de corazón que la bendición de Dios pueda estar en cada uno de nuestros caminos y que todos juntos podamos alcanzar el día del Señor. ¡Que Dios les bendiga grandemente!”.