"Dios ayuda en la tentación" - Resumen del Servicio Divino

Lunes 28/09/2020

El Servicio Divino dominical del 27 de septiembre fue oficiado por el Apóstol Jorge Franco. Colaboró en el servir el Anciano de Distrito Alejandro Caracciolo.


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Servicio Divino de palabra – domingo 27 de septiembre de 2020

Tema:
Padre Nuestro: la tentación

Título: Dios ayuda en la tentación

Texto bíblico:
parte de Mateo 6: 13: “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.”

Mensaje: Dios nos ayuda a reconocer y vencer el mal.

“Estamos muy felices porque, a pesar de todo, podemos tener este encuentro con nuestro Padre del cielo, con Jesús y entre nosotros también. ¡Reciban una cordial y afectuosa bienvenida al altar de Dios!”. Con estas palabras el Apóstol Franco daba introducción a su servir, compartiendo luego los saludos del Apóstol de Distrito, de los Apóstoles y Obispos, y también de siervos, hermanos y hermanas: “Cada uno aporta sus sentimientos, su deseo para el otro. Esto tómenlo no como una formalidad… Sintámoslo como una gran cercanía. Tal vez no física; pero sí en las oraciones, en los sentimientos, en los pensamientos. No nos sintamos solos, no nos sintamos abandonados”, expresaba.
Luego exhortaba a que vivamos el Servicio Divino con todo el contenido que le da Dios. “Nosotros traemos nuestras cosas, las colocamos ante el altar. Dios toma eso y coloca lo bueno, reemplaza y agrega lo que cada uno necesita. ¡Que podamos experimentar eso!”.
Yendo al texto del día, esta palabra forma parte de las expresiones enseñadas por Jesús en la oración del Padre Nuestro. Así como lo hizo con sus discípulos, hoy nos sigue enseñando todo.
En este día nos preguntamos por qué rogamos lo que rogamos. Tenemos que ser conscientes de cada palabra que le decimos a Dios. En esta petición, “no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”, estamos siendo conscientes de que existe el mal y las tentaciones. Pero también expresamos que queremos salir airosos de las pruebas. Le pedimos que la prueba no sea tan fuerte, al punto que no la podamos llevar.
Cuando Dios recibe este pedido, nos ayuda a reconocer y vencer el mal. Es muy importante saber que Dios no tienta a nadie. No nos confundamos. Permite la tentación y somos probados, para poder crecer, desarrollarnos y experimentar que también allí está presente.
Entonces está la tentación, está la prueba, está el mal; pero está Dios, está Jesús y está nuestra oración, con el deseo de vencer.
Jesús mismo, el Hijo de Dios, fue tentado por el diablo en el desierto. En cada tentación, Jesús respondió en forma muy contundente. Nosotros hoy también tenemos que vencer y podemos vencer, cuando nos parecemos a Jesús. Fue tentado:
-En la necesidad: Jesús tenía hambre y fue desafiado en su condición de Hijo de Dios. Nosotros también tenemos necesidades. En esos momentos, puede surgir la duda: “Soy un hijo de Dios, ¿Dios me escucha?”. La duda hace tambalear nuestra fe. Pero queremos orar a Dios y también comprender que nos da riquezas espirituales permanentes. Tenemos su palabra, tenemos su amor, su gracia, su perdón y un camino para llegar a la salvación eterna. La necesidad es real, pero miremos con los ojos del hijo de Dios, porque sabemos que también nuestro Padre conoce todas las cosas.
-Con deseos y ambiciones: el diablo le ofrece a Jesús todos los reinos de este mundo, a condición de que lo adorase. Nosotros tenemos deseos, cosas que queremos alcanzar. No está mal, pero queremos preguntarnos: ¿a cambio de qué? De nuestra fe, nunca. No cedamos ante el enemigo. “Líbranos del mal” significa también que queremos vencer el pecado. Creemos profundamente en la bendición de Dios y en que Él coloca lo bueno en nuestra vida. Pidámosle todo. Si Dios lo da, es porque es bueno; si no lo da, no lo necesitábamos.
-Desafiándolo: Lo que el diablo quiere hacer es alejarnos de Dios. No queramos forzar a Dios para que nos dé algo. Aprendamos a colocar nuestra voluntad bajo su voluntad. Ahí nos quedamos tranquilos.
Que podamos crecer todos en esto y cuando roguemos estas palabras, tengamos en cuenta estos detalles. También hoy el Señor nos está enseñando a orar. Y es una gran victoria cuando lo podemos lograr.

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