“Dios siempre nos respalda” - Experiencias en relatos y fotografías… (Parte 1)

Miércoles 27/05/2020

En el año 2003 se conformó en la INA Sud América un equipo de colaboradores para las tareas de fotografía y redacción. Colaboran voluntariamente en algunos de los eventos que se realizan en las comunidades y su tarea sirve de base para muchos artículos que ilustran nuestras publicaciones. Algunos de ellos nos comparten sus experiencias, en tiempos de pandemia.


La tarea de redacción de los informes tuvo su origen mucho tiempo atrás, casi con el comienzo mismo de la Obra de Dios en Sudamérica. “…Dos fieles sellados en 1934 -María Sciancalepore y Osvaldo Molfino, quienes luego contrajeron enlace en 1953- llevaron a cabo parte de esta tarea entre 1946 y 1950”: ellos registraban en taquigrafía Servicios Divinos del Ayudante Apóstol Mayor Schlaphoff en Buenos Aires, que serían publicados en “La Voz Nueva Apostólica” (así relata el libro “Pioneros en la Argentina”, pág.11).
El desarrollo hizo posible que hoy día, en muchas regiones del área, pueda contarse con un equipo idóneo en comunicación y medios audiovisuales, pero manteniendo aquel sentir original de colaboración silenciosa y eficaz, heredada y hecha propia.
La pandemia, el aislamiento y el cuidado de la salud hacen que hoy tengamos que permanecer en casa, resguardados, por lo que no hay muchas fotos para tomar ni demasiados eventos para describir. No obstante, algunos de estos hermanos y hermanas esta vez fueron los protagonistas de sus propias historias.

“Si cada mañana...”
Para realizar su tarea, los integrantes del equipo suelen llegar entre 45 minutos y una hora antes a cada evento en la comunidad adonde son convocados, ya que es necesario reconocer el lugar, conversar con los siervos, informarse sobre todo lo que va a suceder y estar atento a cada detalle. Esta vez el hecho ocurría en el propio hogar, pero esto no significaba que la preparación interior y exterior fuera diferente. “Prefiero que otros salgan en las fotos, yo no estoy acostumbrado”, coinciden los fotógrafos Mauricio (Uruguay), Fabián, Gustavo, José y Rubén (de Argentina), entre otros; ellos siempre están del “otro lado” del lente.
La solemnidad del Servicio Divino no se pierde. Nuestros hermanos esperan el comienzo de la transmisión en el cálido espacio del hogar como si estuviesen sentados en el banco de la comunidad. En algún caso, la Biblia, el himnario y nuestra revista ahora están cerca del televisor, la notebook o el celular. Una pequeña congregación se ha formado en cada lugar y así es la forma de esperar el inicio del Servicio Divino.
“Tener la posibilidad de escuchar a los Apóstoles cada domingo es una bendición muy grande”, cuenta, desde Chile, Christian. “Cada domingo, en la palabra de los Servicios Divinos `virtuales´, podemos experimentar la fortaleza que Dios regala a nuestras almas”, manifiestan, por su parte, los integrantes de la familia Duran Antelo, de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Ellos fueron contactados por Georgina.

Aún se viven experiencias de fe
El aislamiento y la distancia social configuran un contexto donde parece imposible imaginar que se pueda vivir alguna experiencia de fe. Sin embargo, a aquellas palabras de Jesús, “si tuviereis fe como un grano de mostaza...”, ninguna pandemia las puede debilitar.
“Estaba preocupado por un hermano mayor de mi comunidad que vive solo. El año pasado comenzó a colaborar dando la bienvenida en la puerta, tiene un gran corazón. Antes del primer Servicio Divino de palabra no podía dejar de pensar si este hermano iba a poder verlo. En ese instante me envía un mensaje: ´Listo para ver el Servicio Divino´ y una foto: él con su traje puesto”, relata con emoción Adrián, quien colabora en Santiago del Estero. También desde esta provincia argentina, Joaquín cuenta que en las comunidades de La Nueva y Los Telares reina la alegría, porque “antes había solo un Servicio Divino al mes, pero ahora todos los miércoles y domingos tenemos al Apóstol”.
Pablo es uno de los jóvenes que forma parte del equipo en Buenos Aires (Argentina), él también tiene una experiencia para compartir. “Nadie creía que era posible dar testimonio en estos tiempos. Luego del Servicio Divino de Pascua con el Apóstol Mayor le envié algunos párrafos con la palabra a una amiga. Mi mamá le había regalado hace unos años la letra del himno ´Siempre adelante y a la victoria´. El miércoles 13 de mayo, día de su cumpleaños, tuvimos la transmisión de la Palabra pastoral y el coro virtual interpretó ese himno, un hermoso regalo para ella y la certeza para mí de saber que Dios siempre nos respalda”.

En una próxima entrega compartiremos más experiencias…

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