Primer destino: Gualeguaychú

El pasado miércoles 27 de marzo el Apóstol de Distrito Enrique Minio comenzó una serie de Servicios Divinos por la mesopotamia argentina, que agrupa a las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones.

Este día tuvo lugar el Servicio Divino de entre semana en la iglesia Gualeguaychú, ciudad asentada a orillas del río homónimo, convertido en centro turístico del país.
Acompañado por los siervos del distrito N° 60 (Evangelista de Distrito Pedro Ramis), perteneciente al Obispado 7 a cargo del Obispo Oscar Fernández, sirvió a los 79 fieles reunidos bajo el texto de 1 Reyes 19:14. A modo de introducción, narró la historia del pueblo judío hasta llegar a Elías, sus vivencias de fe, su tribulación, su deseo de abandonar su envío, el constante fortalecimiento y dedicación por parte de Dios hacia él.
También a nosotros como elegidos nos toca vivir tribulaciones, pero pudo manifestar que la mejor forma de salir de un "laberinto", en alusión a las circunstancias de la vida, es "girar siempre hacia el mismo lado", esto permite en algún momento superar la dificultad. Y con este ejemplo nos exhortó a permanecer siempre fieles a Dios. El mensaje del Servicio Divino fue “Dios no siempre elige a los fuertes, pero fortalece a los que elige”.
Al ir al festejo de la Santa Cena explicó que es Jesús quien nos justifica con el Padre y que reflexionemos acerca de su sacrificio: aun sabiendo que volveríamos a pecar, por amor murió en la cruz.

Concepción del Uruguay
Al día siguiente llevó a cabo el Servicio Divino en Concepción del Uruguay con 82 presentes, donde estaban también invitadas las comunidades de San José y Colón (Entre Ríos). Al llegar, el Apóstol de Distrito fue recibido por los niños de las tres comunidades, quienes entonaron un himno que causó gran alegría en todos los presentes.
Basada en el texto de 2 Tesalonicenses 2:16-17, la palabra ofreció confortación sabiendo que cuando nos sentimos desdichados, Dios nos conforta y confirma a través del Espíritu Santo. Su fortaleza nos hace capaces de perseverar en la fe y hacer buenas obras
Expresó, entre otras cosas, que debemos hacer como quien aprende a andar en bicicleta: mirar hacia adelante, no hacia abajo y no perder de vista el objetivo, la meta de nuestra fe.
También expresó que nunca debemos desear el mal, aunque estemos dolidos con el prójimo y así poder compartir la fe pidiendo que Dios lo bendiga, ya que eso implica bendición para nosotros también. Esta es la lógica de nuestra fe...
En ambos casos pudo saludar a la comunidad al finalizar el Servicio Divino y compartir un momento con los hermanos y hermanas, antes de continuar viaje hacia su siguiente destino.