Disfrutar nuestro compromiso de servir a Dios

Sábado 09/03/2019

Luego de transmitir el saludo especial de parte del Apóstol Mayor Schneider y de compartir un profundo agradecimiento por las tareas de enseñanza llevadas adelante en la Iglesia, el Apóstol de Distrito Enrique Minio desarrolló un Servicio Divino de palabra para maestros y maestras de todos los niveles, desde pre escuela dominical hasta el año de Confirmación y Escuela de música, que fueron convocados para esta hora previa al comienzo del ciclo lectivo 2019.


El texto bíblico de base fue Colosenses 3: 23-24: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”.
En sus palabras iniciales, el Apóstol de Distrito recordó el concepto de “Misión” de la Iglesia Nueva Apostólica, mencionando que particularmente la primera parte podía vincularse a la enseñanza, cuando dice: “Ir hacia todas las personas para enseñarles el Evangelio de Jesucristo …” (Catecismo INA). También citó, en este caso de la versión en Preguntas y Respuestas del Catecismo, la pregunta sobre cómo se realiza la asistencia espiritual para los niños, donde dice que “…los hermanos y hermanas a los que se les han encomendado tareas docentes en la Iglesia, apoyan a los padres en su responsabilidad para que los niños puedan crecer como cristianos nuevoapostólicos con convicción y responsabilidad personal” (Catecismo INA PyR Nº693).
Partiendo de estos conceptos, recordó el pasaje bíblico donde se menciona al Apóstol Pedro encarcelado, liberado por un ángel de las cadenas que lo ataban. Al respecto, exhortaba el Apóstol de Distrito: “No nos dejemos atar por las situaciones que nos rodean”, refiriéndose con ello a la tarea de servir a Dios.
Y habló de tres aspectos a tener en cuenta previamente a encarar nuestro servir, en este caso en la tarea de enseñanza:
-Primero, establecer prioridades, administrar mi tiempo: Dios nos dio el tiempo, tenemos que administrarlo con decisión y aprender a disfrutar de la tarea. Para ello, es importante que el servir a Dios sea una prioridad en nuestra vida.
-Segundo, observar mi conducta. En lo cotidiano, en nuestras palabras y actitudes (incluso también en las redes sociales), es decir, en toda nuestra vida, tiene que verse cómo va haciendo efecto la palabra de Dios y sus enseñanzas.
-Y tercero, reflexionar sobre cómo es mi relación con el prójimo.
Los tres puntos giran en torno a poder llevar el Evangelio primero en nuestra vida, para luego entonces poder trasladarlo a la tarea que nos toca en la enseñanza a niños y niñas.
Nuestra medida es el marco de la ley divina (los Mandamientos, la regla de oro, la enseñanza de Cristo), no el contexto. La doctrina no se adapta al contexto. El mensaje del Evangelio no cambia. Y nuestro modelo y Maestro, es Cristo. Ante cada situación queremos preguntarnos: ¿Qué habría hecho Cristo en mi lugar?

Nosotros somos sus herramientas. Queremos también alegrarnos por haber sido llamados para la tarea. Pero no con un interés propio, sino sabiendo que -como dice el texto bíblico- al Señor servimos. Y que: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).
Asimismo, es parte de nuestra tarea rogar por las familias, por los siervos, por los niños. “Hemos aceptado la responsabilidad de transmitir el Evangelio. Y Dios nos da todo lo necesario”, manifestaba el Apóstol de Distrito. “Queremos dedicarnos a los niños para que el Evangelio quede sembrado en su corazón”.
Antes de dar lugar a los siervos, expresó además el consejo: “Hagamos todo siempre con temor a Dios, con respecto hacia lo confiado (…) Cada día merece dedicación, constancia y compromiso”. Obstáculos hay, “nuestra tarea es vencerlos con lo que Dios nos da”. Necesitamos para ello poner el corazón y amor. Allí viene entonces la creatividad. De este modo vamos a vivir alegría y descubrir cosas que no imaginamos.
Expresaron luego un sentir desde el altar el Apóstol Claudio González, el Obispo Leonardo Berardo, el Anciano de Distrito Javier Ávalos, el Evangelista de Distrito Luciano Frisardi y el Primer Pastor David Sosa, culminando una hora muy rica en enseñanzas y con una invitación final: “Reflexionar, cambiar lo que haya que cambiar y disfrutar nuestro compromiso de servir a Dios. ¡Así podremos sentirnos bien!”, como lo expresa también la visión de nuestra Iglesia.

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