No lo que perece, sino lo que permanece

Domingo 24/02/2019

“Cuando vamos tomando conciencia de la gracia que nos ha tocado, vamos asumiendo la responsabilidad y añoramos la patria eterna”. Con estas primeras palabras comenzaba el servir del Apóstol Herman Ernst en la iglesia Colonia Suiza, el domingo 24 de febrero de 2019, donde además se celebraría un Santo Sellamiento y ordenaciones ministeriales.


La iglesia Colonia Suiza se encuentra, como su nombre lo sugiere, en la localidad de Colonia, Uruguay. Fue inaugurada hace poco más de 60 años. Allí, el Apóstol Ernst tomó como base para la prédica el texto bíblico de Juan 6: 26-27: “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre”.
En el desarrollo de la palabra exhortaba a que podamos ser cada día más espirituales, es decir, que ya no vivamos en función de las cosas que perecen -como dice el texto.
En este pasaje se relata el suceso de cuando Jesús había hecho el milagro de la multiplicación de los peces y los panes, alimentando a miles de personas. También hoy, muchas veces el ser humano busca tener una fe pragmática. Entonces busca a Dios para que solucione problemas de salud, para que dé trabajo, un compañero o una compañera; es decir que las preocupaciones que nos exceden como seres humanos se las pedimos a Dios. Por supuesto que cuando algo oprime nuestra alma podemos ponerlo en manos de oración. El Señor quiere ayudarnos, pero ese no es el fin, no quiere darnos ayudas puntuales, lo que Él quiere es darnos una vida y una gloria eterna.
Por eso quisiéramos buscar lo realmente importante en nuestra relación con Dios, creer realmente en Él y en lo que vino a ofrecernos.
Colaboró en el servir el Anciano de Distrito Sergio Pereira.
A continuación se pudo celebrar el acto de Santo Sellamiento, que tuvo siete participantes y luego fueron también ordenados en sus ministerios un Pastor y dos Diáconos.
El día anterior, sábado 23, el Apóstol Ernst había también oficiado la iglesia Carmelo, contando como invitada con la comunidad de Cerro Carmelo.

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