Servir y quedar fieles

Sábado 08/12/2018

El sábado 8 de diciembre de 2018 se llevó a cabo en la Iglesia Central de Buenos Aires el Servicio Divino anual para portadores de ministerio en actividad y en descanso, junto a esposas y viudas de siervos. Ese mismo día, por la mañana, había tenido lugar una Asamblea para Apóstoles y Obispos del área.
El Apóstol de Distrito Enrique Minio, acompañado por los Apóstoles de Argentina y Uruguay, presidía ahora este Servicio Divino, al que asistieron 1.062 invitados y el resto de los participantes estuvo conectado por transmisión.


La prédica se basó en el texto de Lucas 12: 42 y 43: “Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así”.
“Queridos hermanos, he reflexionado mucho sobre esta hora. El primer concepto que viene al corazón es que podamos servir y quedar fieles”, comenzó diciendo el Apóstol de Distrito. Luego regaló una palabra especial dirigida a las esposas y viudas de siervos: “La ofrenda de un siervo es también la del hogar”.
El “mayordomo fiel y prudente”, que se destaca en la mencionada cita bíblica, fue punto de partida para el desarrollo de la palabra. “Así como su función principal es servir y hacer la voluntad de su señor, la nuestra es también servir y hacer la voluntad del Padre celestial”. Queremos hacerlo siempre con alegría. Algunas de las características principales que debe tener un servidor fiel es ser confiable, siendo “imperturbable tanto ante situaciones de alegría como de tristeza, de elogio o de crítica, de agradecimiento o de menosprecio hacia él.”. Otras de las principales virtudes es el ocuparse constantemente de aquellos que están en la casa, es decir, los hermanos y hermanas en la comunidad. Un fiel servidor siempre da lo que se espera de él. “Es aquí donde debemos reflexionar sobre qué es lo que estamos brindando y cómo nos preparamos para hacerlo”, agregó. Un servidor fiel no contamina el alimento sirviéndolo en platos sucios, cada siervo debe cuidar su conducta. Por último, el Apóstol de Distrito hizo hincapié en que los portadores de ministerio tienen la autoridad para anunciar el Evangelio para fortalecer y consolar y no para expresar sus propias opiniones. Un ministerio es entendido como un llamado a servir y no como una muestra de prestigio.
Finalmente compartió un sentir: “Deseo que podamos ser de ayuda unos a otros, sin criticarnos, ya que nadie es ejemplo de nada sino solo Jesucristo. Una vez más expreso mi profundo agradecimiento por toda la tarea. Deseo que tengamos una bendecida Navidad y nuevo año, estando atentos al mensaje que el Apóstol Mayor nos dará para el 2019”. Así culminaba este Servicio Divino, en el que también pudieron activar el Apóstol Ernst (de Uruguay), el Obispo Basso y el Anciano de Distrito Caracciolo (ambos de Argentina).

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