Sin importar la edad

Sábado 17/11/2018

“Todavía ustedes tienen mucho para dar”: estas palabras eran dirigidas por el Obispo Claudio Videla, al comienzo del Servicio Divino, a los miembros de la tercera edad que habían sido especialmente invitados a la iglesia Wilde Este (Gran Buenos Aires).


La cita fue el sábado 17 de noviembre de 2018, a las 18 horas. El Obispo Claudio Videla visitó la iglesia Wilde Este para realizar un Servicio Divino para la tercera edad, con un total de 160 miembros del obispado N°6. Lo acompañaron los Evangelistas de Distrito Marcelo Amadruda (distrito 16), Darío Restelli (distrito 31) y Javier Scagliarini (distrito 18), además de los Primeros Pastores y otros portadores de ministerio.
El coro estuvo también conformado por hermanas y hermanos de la tercera edad, que con gran entusiasmo y vigor entonaron los himnos.
Ya desde la oración inicial el Obispo pudo expresar agradecimiento a Dios, porque se podía percibir en los corazones la emoción y la alegría.
El texto bíblico del día se puede leer en Salmos 71:18 “Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que anuncie tu poder a la posteridad, y tu potencia a todos los que han de venir”.
En su activar, el Obispo expresaba que cada uno de los presentes es un ejemplo vivo de la bendición de Dios. Como expresa el texto de Salmos, a pesar de todas las circunstancias pedimos a Dios con un corazón humilde: “No me desampares”. La intención de Dios hacia nosotros es brindarnos la salvación, para que podamos tener comunión eterna con Él. Y para alcanzarla, seguimos necesitando su gracia y su palabra. “De esta posición de corazón uno no se jubila”, manifestaba el Obispo.
También alentaba a no dejar de contarles a otros hermanos y hermanas más jóvenes de nuestra propia comunidad cuánto Dios nos ayudó y fortaleció en las distintas circunstancias y etapas de la vida. Luego, instó a seguir confiando en Dios, a renovar el compromiso y la entrega de corazón. “Demos testimonio de la potencia de Dios”. Y sin importar la edad, hay que estar “dispuestos a seguir aprendiendo”, en forma permanente, de nuestro gran maestro: nuestro Señor Jesucristo.
Colaboraron en el servir los tres Evangelistas de Distrito.
Después, en el hermoso jardín de la iglesia se ofreció un refrigerio. Este último momento fue un encuentro lleno de risas de hermanos y hermanas, algunos que se conocían desde su juventud, y esa alegría se veía reflejada en el entusiasmo al saludarse y reunirse para sacarse fotos.

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