Villa Ballester: “Otra vez en la casa del Padre”

Viernes 19/09/2014

El domingo 14 de septiembre de 2014, el Apóstol Norberto Picchi ofició en la iglesia Villa Ballester, ubicada en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Participaron 368 fieles de tres comunidades: la anfitriona, Villa Ballester, de José León Suárez y de San Andrés.


Fue un Servicio Divino especial para los hermanos y hermanas, pues sería el último que el Apóstol Picchi oficiara en ese su ministerio. Esto se debe a que está previsto para octubre su pase a descanso de la actividad ministerial, en el marco de la visita del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider a Argentina. Para el acompañamiento musical participaron los coros de las comunidades invitadas, sumados al coro de cámara del obispado Nº2. También estuvieron allí el Anciano de Distrito Jorge Segarra y dirigentes de distrito, además de algunos siervos en descanso. Al inicio de la hora, todos entonaron del himnario regional el cántico n° 24, “Otra vez en la casa del Padre”. Para esta ocasión, el texto bíblico leído fue Salmos 147:11 “Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia”. Haciendo referencia a esta palabra, el Apóstol expresó que quienes temen a Dios, encuentran en Él misericordia, que llega a través del sacrificio de Cristo. “El santo temor no es tenerle miedo a Dios, pensar que Dios te va a castigar –aclaraba el Apóstol– sino tratar de ser del modo que el Señor espera de nosotros. También expresó un sentir desde el altar el Anciano de Distrito Segarra.
Ya concluyendo el Oficio, para grata sorpresa del Apóstol toda la comunidad se puso de pie para cantar “Dios te guarde, amado Apóstol”. Luego el Primer Pastor en descanso Atilio Charra le entregó un ramo de flores cuyo envoltorio había sido firmado por los fieles al ingresar. Con alegría y también emocionado saludó a toda la comunidad. Luego algunos jóvenes le entregaron unos presentes y manifestaron sus palabras en agradecimiento.
Dos jóvenes de Villa Ballester lo resumieron con sus palabras: “Para nosotras fue una experiencia de fe, momentos vividos con nuestro amado Apóstol que quedarán para siempre en un lugar especial de nuestros corazones. Desde nuestro lugar de jóvenes, habiendo compartido el día anterior también el Servicio Divino de juventud, será un fin de semana que nunca olvidaremos, un momento único en nuestras vidas, del cual estamos inmensamente agradecidas de haber podido vivir, y abrazamos desde el corazón a nuestro querido siervo, tan importante para la juventud, quien estuvo muy presente en todo momento, ya sea compartiendo jornadas y encuentros con mucha alegría, como también llevándonos en sus ruegos y en su corazón”.

GALERÍA