“Recibíos los unos a los otros”

Miércoles 10/10/2018

El miércoles 10 de octubre, el Apóstol de Distrito Enrique Minio ofició en la iglesia Las Catonas, partido de Moreno (Buenos Aires) donde se congregaron cuatro comunidades.
Participaron también los integrantes de las orquestas juveniles de nuestra Iglesia, tanto de Argentina como de Suiza.


Acompañó al Apóstol de Distrito el Apóstol Jorge Franco. También estuvieron presentes el Anciano de Distrito Jorge Segarra y siervos del distrito Nº 9, de Buenos Aires. Junto con la comunidad Las Catonas, participaron hermanos y hermanas de San Miguel Nº 2, Cruce Castelar y José C. Paz, reuniéndose en total 376 concurrentes que colmaban la iglesia.
Asimismo formaron parte de este festivo marco los integrantes de las orquestas sinfónicas juveniles de Argentina y de Suiza, que ya se encuentran en Buenos Aires en plenos preparativos para el concierto que se realizará en la iglesia central este próximo domingo y para el cual vienen ensayando desde hace meses.
En atención a los visitantes, el servir fue traducido en forma simultánea desde el altar al idioma alemán.

"Esperanza para ser liberados"
El Apóstol de Distrito basó su servir en la palabra del día: “Esperanza para ser liberados”. El texto bíblico leído fue el de Juan 8:7: “Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”.
El pasaje refiere a cuando los escribas y fariseos llevaron a una mujer que había caído en adulterio. Al oír aquella palabra de Jesús que menciona el texto, quienes rodeaban a la mujer se fueron retirando de a uno. Y el Señor le dijo a ella: “Vete y no peques más”.
Nosotros (pecadores), como aquella mujer, podemos encontrar el camino de salvación. Los escribas y fariseos creían que al cumplir la ley podían alcanzar salvación, pero su corazón estaba aún detenido en una posición que no agradaba a Cristo. ¿En qué posición estamos? ¿En la de aquellos que juzgaban o en la que Dios espera en cada uno de nosotros?
Para Dios, pecado es pecado. No hay jerarquías, el pecado es absoluto. Aquellos hombres creían tener potestad para juzgar a la mujer. Dios es el único que pude medir la culpa.
La palabra invitaba entonces a reflexionar acerca de:
- Reconocernos como pecadores.
­- Reflexionar que no estemos en la posición de los escribas y fariseos.
­- No jerarquizar los pecados.
- Evitar ponernos en la posición de un juez, sino más bien recibirnos “unos a otros” (comparar con Ro. 15:7).
Colaboraron en el servir el Apóstol Franco y el Anciano de Distrito Segarra.
También alegró la presencia entre los concurrentes del Apóstol de Distrito e.d. Markus Fehlbaum (que acompaña al grupo de visitantes de Suiza) y del Apóstol e.d. Vicente Teti (de Argentina).

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