Martes 01/10/2024
Este año volvemos a centrarnos en la oración. Nuestro lema es: “¡Orar funciona!”.
Fuente: nak.org
Una vez los discípulos preguntaron al Señor: “¿Cómo debemos orar para que funcione?”. Él les explicó cómo debían orar y les enseñó el Padre Nuestro. Esta oración, que procede del Señor Jesús, sigue siendo importante para nosotros. Para que funcione, necesitamos conocer las palabras que contiene. Orémosla como Jesús nos enseñó. Pero también debemos orarla en el sentir de Jesucristo, o sea, no solo debemos decir las palabras que Jesucristo nos enseñó, sino también orar esas palabras en el sentir de Jesús.
Oramos a Dios, nuestro Padre: “¡Hágase tu voluntad!”. Esta oración podría resultar extraña, porque sabemos y creemos que Dios es todopoderoso.
Él es todopoderoso, siempre hace exactamente aquello que quiere. De modo que no necesitamos orar para que Dios haga aquello que quiere. Él siempre lo hace, es todopoderoso. Entonces, no oramos para que Dios pueda hacer su voluntad, sino para que nosotros hagamos la voluntad de Dios.
Cada persona tiene que decidir: “¿Hago la voluntad de Dios o hago mi voluntad?”. Esa es la finalidad de la oración. No oramos: “¡Dios, haz lo que quieras!”, sino: “Déjame hacer tu voluntad”.
De un Servicio Divino del Apóstol Mayor