Permanecer firmes

El sábado 25 de mayo de este año, el Obispo Diego Roma realizó un Servicio Divino para adultos mayores en Bahía Blanca Nº 4 (Buenos Aires, Argentina).

La iglesia recibió con alegría a los 192 invitados que se congregaron. Además de los fieles locales, participaron hermanos y hermanas de las ciudades vecinas de Punta Alta, Tres Arroyos, Médanos, Coronel Dorrego y Santa Rosa. Asimismo, jóvenes de comunidades cercanas colaboraron en los preparativos y realización de este encuentro.

“Un ejemplo...”
El Obispo Diego Roma presidió la hora. Su servir se basó en el texto de Isaías 46:3-4: “Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré”.
Luego de escuchar el aporte musical del coro de adultos mayores, el Obispo manifestó su agradecimiento a todos los invitados. “Su acompañamiento, el tiempo ofrendado y oraciones son un ejemplo de cómo podemos esperar al Señor”, aseguró.
Con relación a la cita bíblica, explicó que siempre podemos oír la voz de Dios. Él está dispuesto a ayudarnos, sin importar el momento que estemos pasando en la vida. “La promesa de Dios no cambió. Esto tiene que permanecer firme en nuestro corazón”, agregó.

Tres preguntas
Durante la prédica, el Obispo formuló tres preguntas que invitaron a la reflexión. “¿Cómo está nuestro vínculo con Dios?”, fue la primera de ellas. Para responderla, recordó el voto de Confirmación. “Han pasado muchos años y nos mantenemos en la Obra”. “¿Cómo conseguimos ser de ayuda a los demás?”, preguntó luego. “Tras vivir tantas experiencias, podemos transmitir a los demás la certeza de que Dios siempre nos acompaña”. “¿Puedo aún aportar al crecimiento de la Obra?”, fue la última. “Siguiendo el ejemplo de Cristo, podemos servimos al Señor con oraciones, llamados y consejos”.
Finalizado el Servicio Divino, los jóvenes prepararon un refrigerio. Además, se realizó una actividad que integró a los dos grupos. Conversaron sobre distintos temas e intercambiaron experiencias.
A continuación, los invitados entonaron un himno. “No importa lo que pase. ¡El Señor viene!”, expresó el Obispo antes de emprender el retorno a los hogares.